Lo de marcar edades determinadas para poder o no poder hacer algo es siempre muy subjetivo. Ya hemos visto que se sube o baja la edad en función de los intereses políticos.
Yo analizo este problema desde dos perspectivas distintas. Una es la médica o sanitaria, y la otra, la más difícil, la social, que es la qué crea estos pequeños monstruos; y si no los crea porque ya nacen, propicia que sicológicamente exploten.
Creo, pienso, considero, que unos padres de los denominados “normales” son capaces de detectar determinados comportamientos irregulares en los niños, y son ellos los que deben tomar las primeras iniciativas. Luego ya entran en juego los profesionales. Lo malo es que por desgracia cada vez vemos a más padres que se salen de esa posible “calificación” y también vemos como cada vez más profesión solo tiene equivalencia con dinero.
Otro tipo de circunstancias que pudieran incidir, es el resto de personas. Seguimos siendo muy catetos ante determinados problemas “de otros” y prejuzgamos con suma facilidad.
No sé, es un tema muy complejo y seguramente con distintas derivadas que son razonables y dignas de tenerse en cuanta.
Saludos.
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