Ganadería abate a tiros 18 cabras 'villanas' en La Hermida

Los ganaderos acusan a la Consejería de haber actuado «con exceso» al matar animales que «no creaban peligro real»
19.05.12 - 00:33 -
NIEVES BOLADO | SANTANDER.


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Las cabras asilvestradas, llamadas 'villanas' en Liébana, campan por el desfiladero. / Fotos: JAVIER COTERA
Los vecinos de los pueblos de Bejes, Peñarrubia, Urdón... que vadean el desfiladero de La Hermida, se despertaron el jueves sorprendidos por un fuerte tiroteo. Largo e inesperado. Alguno, alarmado, llegó a llamar a la Guardia Civil para avisar del hecho, pensando que se trataba de un suceso. «Nos amenizaron la mañana con una balasera», explica con ironía Javier Soberón, vecino de Navedo. Enseguida los ganaderos y vecinos de la zona de Peñarrubia y Castro Cillorigo se dieron cuenta de que era una cacería para abatir a las cabras 'villanas' (cimarronas) que campan por las laderas del desfiladero y que, presuntamente, no tienen dueño; tampoco crotal, por lo que es difícil la localización del propietario.
Lo sabían porque el Gobierno de Cantabria ya les había avisado: o ellos mismos las quitaban del desfiladero o lo haría la Consejería de Ganadería. Este aviso lo dio a través del Boletín Oficial de Cantabria el pasado 23 de abril. El Gobierno les concedía diez días de plazo para retirar este ganado indómito o sería abatido. Ganadería explicó entonces que quería erradicarlo primero, porque producen frecuentes caídas de piedras a la angosta carretera de La Hermida, ya que campan por las escarpadas laderas; segundo, por motivos sanitarios. La Consejería, a petición de los alcaldes de la mancomunidad lebaniega, ha estado durante un año tramitando el expediente que le permita hacer la batida. El resultado final, 18 cabras 'villanas' abatidas a tiros.
Tensión con los ganaderos
De lo que no se habla, no existe. Silencio absoluto. Ningún ganadero quiere reconocer que estos animales son suyos, pero ayer protestaban airadamente por lo que consideran que ha sido «una matanza». Eso sí, nadie quiere que sus nombres aparezcan en el periódico «porque ya se sabe lo que pasa después...» ¿Y qué pasa? «Pues que Ganadería puede aplicar con toda contundencia la ley sobre estas pequeñas y viejas estabulaciones y se las pueden cerrar», explica Javier Soberón, el único que se atreve a hablar «porque no soy ganadero». Es más, ha publicado una página en Internet, titulada 'La matanza' en la que refleja la situación de tensión que se vive desde el jueves en esta zona de Liébana. «Es una injusticia lo que han hecho», apostilla. «No estamos en contra de que se maten los animales de la ladera que da a la carretera, que crean un peligro por los desprendimientos de piedras, pero es que han matado también los del otro lado del río que, si tiran piedras, no hacen daño a nadie. Ha sido una masacre», explica un ganadero que pide que ni siquiera se refleje el pueblo en el que vive. «No quiero represalias», repite también éste.
Tensión y temor
Otro ganadero habla y dice que «estamos muy calientes porque se han pasado, han matado las cabras para darnos una lección, pero hay que tener cuidado con estas cosas porque a veces la gente, cuando se le lleva a extremos, pierde la cabeza».
El mismo día y a la misma hora de la matanza de las cabras, se autorizó al pueblo de Bejes hacer una batida de lobos «que estaba preparada». Los ganaderos entienden esta coincidencia «como que ha querido decirnos, que si nosotros matamos lobos, ellos pueden matar las cabras». También se preguntan si «van a hacer lo mismo con los jabalíes o los corzos que tampoco tienen crotal, que sanitariamente no están controlados, y que andan por los riscos del desfiladero».
Los vecinos también han denunciado que de las cabras que mataron el jueves, las que abatieron en la ladera de la carretera fueron echadas a un camión «y se las llevaron. Como para coger las del otro lado había que cruzar el río o dar mucha vuelta, allí las dejaron, así que a las pocas horas había medio centenar de buitres devorándolas». También han relatado que la cacería la llevó a cabo personal que no pertenece a la guardería de Liébana, «aunque éstos sabían perfectamente cuándo se iba a producir, pero no les mandaron hacerlo a ellos porque tienen que convivir con nosotros».
Esta razia contra las cabras 'villanas' había sido pedida por los alcaldes de la Mancomunidad de Servicios de Liébana y Peñarrubia, para evitar peligros. «Ya vendrán dentro de un par de años a pedirnos el voto que aquí les estaremos esperando», sentencia un ganadero.

http://www.eldiariomontanes.es/v/201...-20120519.html