¡Nos ha jodío! Como para que no le bailen a uno las rodillas y hasta las calandracas cuando te mira un gachó con un parche en el ojo. Toda la fuerza expresiva se concentra en una mirada de un solo ojo que llega a traspasarte hasta el alma. Si no mira con detenimiento el monigote del final.

Es una pena que, en general, seamos tan ignorantes de todo aquello que atesoramos. España es una nación vieja y que se ha partido la pana en todo el globo. Pocos lugares del planeta pueden decir que no contengan sangre española derramada; pero hoy día, y a pesar de la enorme facilidad de adquirir cultura que cualquier paisa tiene, somos de lo más atrasaos y catetos en conocernos a nosotros mismos. Nos sacan de la champion y algunas menudencias culturales más… y nos perdemos. Pero si ese conocimiento lo llevamos a lo que se hizo en las Americas, la incultura y la ignorancia es supina. Eso sí, todo progre que se precie te contará lo malos que debimos ser los españolitos por esas tierras, pero si les preguntas si saben algo de un tal Balmis y lo que aportó en beneficio de los americanos ( y el resto del mundo) se quedarán con la boca abierta. En fin… el pan nuestro de cada día.

Aprovechando que el Pisuerga pasa por el Foro, voy a proponer otros tres libros para sentarse plácidamente a leer en estas tardes otoñales de lluvia. Se tratan de las siguientes obras:
“Las Seis caras del Miedo” de un tal Jonas Winter. Se trata de una novela policiaca enredada con los misterios de las Caras de Belmez. En realidad tiene más de tejemanejes policiacos que de estudio serio de aquellas caras que tanto dieron que hablar, pero es entretenida.

“Nadie Vale más que otro” de vuestro querido Lorenzo Silva. La señorita Chamorro y el sargento desentrañando casos. No creo que tenga que explicar más.

Y el último “Perdedores” de Nigel Cawthorne ( creo que se escribe así). Es más bien un trabajo periodístico sacado de los interrogatorios y archivos americanos que recopilaron de alemanes y japoneses después de la guerra. Históricamente no es muy serio, ya que los testimonios de una sola persona dentro de un colectivo enorme, no deja de ser una visión subjetiva y personalizada; pero tiene bastante de curioso y ejemplarizante.

Es lo que tengo ahora. Bueno para que la mente se aleje un poco de este valle de locos y me olvide de la Carmena

Un saludo cordial.