¿Pero quienes son los de Podemos?: Quizá unos socialdemócratas de libro, claro como Marx y Engels según la última revisión histórica.Y no será que estos chicos que provienen del comunismo más rancio (marxista-leninista), amigos de dictadores de poca monta, populistas pero muy dañinos, llamense Chávez o Maduro y que hacen negocios con grandes democrácias históricas, todo el mundo lo sabe, como la Irani. Han descubierto ahora un patriotismo exacerbado que obviamente encuentran en el fascismo un mismo fin, algo maquiavélico, ya que para algunos el fin si justifica los medios o al menos algo parecido dijo el genial Groucho Marx: “Estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros”. En el corto espacio de tiempo que estos populistas han entrado en nuestras vidas han ido mudando esa idiología casposa, trasnochada y sangrienta camaleonicamente sin importarles el color que los envuelve ya que al fin y al cabo lo que pretenden es asaltar el cielo y luego nunca mejor dicho “Dios dirá”, aunque a ellos lo que verdaderamente les gusta es asaltar capillas y los escraches, algo muy socialdemocrata. Viendo y escuchando a algunos de sus lideres con esa juventud exultante que los caracteriza no hacen nada más que recordarme al que fuera director del diario socialista Avanti, Mussolini, cuando le pregutaron, ¿qué es el fascismo? y él contestó: “es el socialismo que ha encontrado la emoción de la patria”.Claro está, los extremos se tocan y más cuando ambas idiologías (marxismo y fascismo) son totalitarias, al principio la piel de cordero prevalece pero luego empiezan a enseñar la patita. La estulticia de los humanos nos llevaron no en tiempos demasiado pretéritos a los más graves errores de la historia al elegir democráticamente a la bestia ¡No caigamos en el mismo error!