Pues vamos a ser bien pensados y vamos a estar seguros qué la mayoría que dice ser “animalista” no comulga con semejante salvajada digna de enfermos mentales. Pero detrás de publicaciones como esta hay mucha tela que cortar y un trasfondo que da miedo.
Hace apenas dos o tres días nos hemos quedado espantados con la noticia esa de que una niña de pocos años estaba ingresada en un hospital porque la han dado una paliza tremenda….otros niños; aunque no es la primera ni la última vez. Es algo que tristemente se va haciendo habitual y cada vez llama menos la atención, a pesar de ser digo de disparar todas las alarmas. Y si estas cosas hacen los menores, ¿Qué pueden hacer quienes les dan el ejemplo?...pues cosas como esa: desear la muerte de un crio enfermo porque le gusta el mundo de los toros. Simplemente por eso. Así que estos futuros españolitos, dentro de unos cuantos años te cortan el pescuezo por no comulgar con sus ideas o porque les miras mal, o porque no les miras, o porque eres como a ellos no les gusta.
Algo muy serio está pasando y nadie dice nada. Se han roto una serie de valores porque interesaba romperlos, y poco a poco vamos viendo los resultados. Espeluznantes resultados. Y esto apenas acaba de empezar.
Sirva de ejemplo lo siguiente:
Hace dos días pude observar una panda de chiquillos, no más de diez o doce años. Bajaban con sus bicicletas por una calle estrecha y de sentido único. Lo hacían a toda velocidad, y lo que es peor, por dirección prohibida.
A mitad de la calle se enfrentaron con un vehículo que circulaba lentamente y en el sentido permitido. El coche iba despacio, supongo que sin comprender lo que hacían esos chicos. Tanto es así que llegó a detenerse totalmente, solamente tocó una vez el claxon y….. y los chicos se pararon y le pusieron a parir. Insultos escatológicos y escupitajos. Incluso uno le pegó una patada en la puerta desde la bicicleta. Luego siguieron a toda velocidad riéndose.
¿Una chiquillada? ….No. Detrás de ese tipo de acciones hay toda una sociedad enferma.
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