Estos días he visto una película de John Wayne y otra de Bruce Willis. Son películas que me gustan, porque no hay que hacer mucho esfuerzo para entenderlas. En las dos, los malos son feos y antipáticos y es muy fácil distinguirlos de los buenos. Y cuando la chica se casa con el bueno, después de que el bueno lo haya pasado muy mal, te quedas contento y te vas a la cama feliz.
Leo en Time que el 24% de los ejecutivos de Wall Street dicen que una conducta ilegal o no ética puede ser necesaria para tener éxito en las finanzas.
O sea, que cuando paseas por Wall Street y te quedas admirado de esos mozos/as tan majos, tan masteres ellos y tan guapos ellos, uno de cada cuatro es un chorizo.
Como estamos en verano, prefiero pensar que tres de cada cuatro son honrados. Y pienso que estos señores -los honrados- tienen una gran responsabilidad en la sociedad. Y como no quiero quedarme en teorías generalistas, que me encantan, porque dices unas cuantas frases sin sentido, pones cara seria y quedas bien, he decidido escribir tres cosas que tienen que hacer esos señores, a quien, a partir de ahora, llamare así, señores, para distinguirlos del 24%.
1. Con su trabajo normal y su competencia, estos señores tienen que demostrar que, para triunfar, no hace falta apuntarse a la Camorra. Que se puede triunfar sin hacer daño al prójimo.
2. A estos señores les pido que trabajen duro, para que el 24% se hunda. Ya se que esta mal desear que alguien se hunda, pero este es un caso de legitima defensa.
3. A estos señores les pido que retiren sus subvenciones a las Escuelas de Negocios donde esta gentuza haya hecho un Master. Ya se que de la mejor Escuela de Negocios del mundo puede salir algún pajarraco. Si es uno, considérenlo un accidente. Si son dos, dos accidentes. Si son tres, quítenles la subvención, vayan a ver al Decano de la Escuela y explíquenle cuidadosamente por qué se ha quedado sin dinero. Y díganle que procuren que sus amigos hagan lo mismo. Y que el día en el que esa Escuela se hunda, que no digan que es por la crisis. Que es porque fabrican productos de mala calidad.
P.S.
1. En la Clínica Universidad de Navarra he conocido a un matrimonio muy majo. Nos hemos hecho muy amigos. Los paseos por los pasillos de la Clínica unen mucho. Estos señores (señores) tienen en León una fabrica de embutidos y salazones. El otro día me regalaron unos chorizos riquísimos que hacen. O sea, que aquello de que "en todo hay clases" también se cumple en los chorizos. Los hay top level, como los de mis amigos, y basura repugnante, como los de Wall Street.
2. Algunos Ministros españoles no acaban de aprender. Ahora han reñido Montoro y Soria. D. Mariano, explíqueles a estos chicos que son Ministros de una nación que se llama España, que cuando no se entiendan no tienen que ir corriendo a contárnoslo a todos via Bloomberg o via la Gaceta de San Quirico, que los Consejos de Ministros están para algo y que me parece que cuando juraron o prometieron su cargo, juraron o prometieron guardar secreto en lo referente a las deliberaciones en el Consejo de Ministros.
3. Y que yo ya me he enterado de lo que van a deliberar en el Consejo de Ministros de hoy. Y como El Confidencial se carga a las 6 de la mañana, si por casualidad alguien me lee a esa hora, se enterara de lo que ustedes van a discutir antes de que empiece el Consejo. Y la culpa no será mía, sino de dos bocazas que me caen muy bien, pero que me caerían mejor si se callaran.
4. Dígales también que, en el mundo, hay gente que lee la prensa y ve la tele, y que pueden pensar aquello de "¡Menuda tropa la que gobierna España!" y que si esa gente trabaja en una malvada Agencia de rating, igual nos lo bajan, y, como consecuencia, nos suben los intereses que tenemos que pagar y aumenta el déficit y nos suben los impuestos. Y todo, porque D. Cristóbal y D. José Manuel abrieron la boca cuando tenían que cerrarla

Artículo de Leopoldo Abadía.