Aquí os dejo parte de una carta que me envió un antiguo compañero en la que me contaba lo que le estaba ocurriendo.
Supongo que muchos de vosotros os habréis visto en situaciones parecidas.

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Después de muchos años de espera, al fin conseguí acercarme a una unidad cerca de mi casa. Actualmente llevo más de tres años destinado en esa unidad. Mi decepción llegó cuando con el tiempo vi que los que más nos esforzábamos en el trabajo éramos los que peor vistos y valorados estábamos, y todo por el mero hecho de no pelotear al jefe.

El caso es que a pesar de tomamos nuestro trabajo muy en serio, nuestro jefe, que es muy arbitrario, desmerece nuestro esfuerzo y valora más a los guardias que son más pelotas, vagos y rastreros, aunque estos no den ni un palo al agua y se salten todo tipo de normas cada dos por tres.

La verdad que no entiendo como esto puede ser así, pero por lo que veo esto es algo muy habitual dentro de la empresa y la verdad es que se le quitan las ganas de trabajar a cualquiera.

Muchos estamos pensando en largarnos de la unidad, porque el hecho de que te lleves broncas por cosas que no haces y encima que tengas que ver como se premia a los más sinvergüenzas, la verdad es que hace que cualquiera pierda la paciencia y los nervios.

Es una pena que después de tantos años, cuando por fin consigues acercarte a tu casa, te tengas que marchar de nuevo a otra unidad por el solo hecho de que no eres un pelota arrastrado.