Por suerte llegué a casa sin pinchar...
Poco tiempo después creo que tuve una ayudita directa de arriba, ya que sufrí un infarto mientras practicaba ciclismo, y por suerte pude llegar al centro de salud más cercano, donde tras tumbarme en la camilla para ver qué me pasaba (lógicamente no sabía que estaba sufriendo un infarto) sufrí una parada cardiorespiratoria. Por suerte, me reanimaron con un desfibrilador al instante y pudieron salvarme la vida. Si hubiese tardado cinco minutos en llegar al centro de salud hubiese muerto al instante.
Un saludo
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