Rajoy y ZP se ven las caras en el Consejo de Estado
¿España puede permitirse el lujo de mantener 'instituciones florero'?
Romay preside a partir de este 3 de mayo de 2012 otro cementerio de elefantes

El morbo lo producirá la foto del ex Presidente del Gobierno con el ex Jefe de la Oposición, de Zapatero con Rajoy, casi medio año después de que las urnas dictaminasen un cambio de "okupa" en La Moncloa.

Para los paparazzi políticos se ha convertido en el gran trofeo de caza mayor esta mañana, cuando el reloj del Palacio de Consejos marque las 12 y José Manuel Romay Beccaría, 78 años de vida y casi 50 viviendo la política o viviendo de la política, según las diferentes perspectivas del lector, tome solemne posesión del cargo de Presidente del Consejo de Estado.

Entre Lavillas, Rodríguez de Miñon, Fernández de la Vega, Orejas, Tocinos, Palacios, Díaz Ambronas, Michavilas y demás apellidos de la prometedora cantera política española, éste viejo organismo del siglo XVI, convertido en objeto decorativo por Antonio Maura a principios del siglo XX, se dispone a iniciar una nueva singladura sobre las aguas turbulentas de esta segunda década del siglo XXI.

La pregunta es inevitable, por mucho que pueda herir la sensibilidad de las 152 personas que viven de los algo más de 10 millones de euros que le cuesta el juguete a los españoles:

¿Está este país en condiciones de mantener instituciones de carácter consultivo?
Porque en Francia, en Italia, incluso en Bélgica, Holanda o Luxemburgo, instituciones equivalentes tienen competencias vinculantes. Pero los consejeros de estado españoles solo emiten dictámenes preceptivos o facultativos, que siempre permiten a los gobiernos, el central, los autonómicos, la facultad de utilizarlos como papel higiénico, dicho sea con todos los respetos.

Unos dirán que diez millones de euros al año es el chocolate del loro. Otros divagarán sobre el papel del Consejo de Estado como sede de reunión de los "sabios de la tribu". Pero podrían reunirse en un café, el Gijón, el Comercial, pagarse unos cortaditos y arreglar España, y el mundo, si quieren, por tres euros por barba.

Estos cementerios de elefantes le dan mucho empaque a un país, con su parafernalia, sus ilustres personajes (aunque no todos sean ilustrados) y sus largas y profundas deliberaciones que tantas veces acaban plasmadas en papel mojado. Lo que pasa es que España se está apretando el cinturón, a más de la mitad de los españoles no les queda ni un agujero más y, en esos viernes de reformas que ha anunciado Rajoy, en contraposición a "los jueves, milagro" de Berlanga, sería de agradecer que empezase por clausurar los chiringuitos.

El mayor número posible de chiringuitos. Los de nuevo cuño y los "incunables" Todo aquello que sea prescindible en éste Estado vergonzante, aunque tenga en su nómina ex presidentes del Gobierno, ex vicepresidentes, ex ministros de toda edad, condición e ideología y demás ilustrísimos señores y señoras de la nomenklatura genuinamente española.

Que a Mariano Rajoy no le pida el cuerpo hacer un safari para cazar "elefantes", es comprensible tras los recientes antecedentes de la expedición a Botswana. Pero un safari en el Consejo de Estado que promoviese la extinción de esa especie, a más de 70 mil euros al año per cápita, no es fácil adivinar cómo repercutiría en la hipócrita opinión publicada, pero no resulta difícil intuir el consuelo y la complicidad que provocaría en la opinión pública.

Si existe un Tribunal Supremo y un Tribunal Constitucional cutos dictámenes son vinculantes, ¿para qué necesita éste país anoréxico Academias de Ciencias Morales y Políticas, Centros de Estudios Políticos y Sociales, Academias de Jurisprudencia y Legislación, Consejos Económicos y Sociales, Comisiones Generales de Codificación, Senados, Consejos de Estado y demás centros de acogida para políticos que no se resignan a practicar el merecido reposo del guerrero?

Zapatero es en la actualidad el único ex Presidente que se ha instalado en ése sofisticado "campo de refugiados". Aznar cayó en la tentación durante un corto espacio de tiempo. Pero Suárez, Calvo Sotelo, el propio Felipe, renunciaron a ése privilegio vitalicio. Existiendo Endesa, Iberdrola, Gas Natural, consejos de administración de esos que van recogiendo viejas glorias, ¿para qué queremos Consejos de Estado?

La noticia, mañana, será el reencuentro entre ZP y Mariano. Pero el notición sería que el Consejo de Ministros, además de peajes, recortes, nuevas medidas fiscales y otras gratas nuevas para sus ciudadanos, anunciase el cierre paulatino de todas las "instituciones


http://www.periodistadigital.com/pol...zapatero.shtml


:mariguano:-)