La Comandancia de la Guardia Civil de Madrid ha abierto una investigación para determinar si los vehículos oficiales del puesto de Arroyomolinos se separan correctamente, después de que un cabo denunciase en un informe que tuvo un accidente por un mal arreglo y que esto no era la primera vez que sucedía.
La investigación se ha abierto, según la Comandancia, como consecuencia de un informe presentado ante el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales por un cabo, y se han solicitado peritajes en dos talleres diferentes para comprobar el estado de los vehículos.
El cabo relata en su informe que el pasado mes de enero sufrió un accidente con el coche oficial al desprenderse parte de una rueda, lo que le provocó lesiones a él y a su compañero. Asegura que circulaba despacio y con precaución, y que en el posterior reconocimiento médico le intentaron «amedrentar» y le dijeron que podía ser culpable del siniestro, aunque hay un informe que dice lo contrario, según han explicado otras fuentes del instituto armado.
El cabo ya había emitido varios informes al servicio de automóviles alertando de que «de forma continuada e inusual» se detectaban anomalías en vehículos recién reparados en un taller cuyo regente «casualmente es amigo personal de agentes del Servicio de Automóviles» de la Comandancia.
La presentación de un informe en el que se denuncia toda esta situación ha generado una propuesta para sanción por falta grave al citado cabo, según han criticado las fuentes del instituto armado y ha confirmado la Comandancia de Madrid.
La Comandancia ha requerido que esta propuesta de sanción se tramite y, en un futuro, se estudiará y se determinará si finalmente se ejecuta o no. El motivo es que el cabo no siguió el procedimiento reglamentario según el Régimen Disciplinario, ya que en lugar de presentar el informe ante sus mandos directos lo hizo ante la Comandancia.

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