Respecto a la ya habitual maniobra de la izquierda cerril hacia cualquier declaración políticamente no correcta y que sirva para poner en la picota a cualquiera de sus enemigos ( que no opositores), no voy a decir casi nada. Solo que cualquier persona con dos dedos de frente y que no esté afectada por el virus de la radicalidad, sabe de sobra la diferencia entre ser feminista y ser femenina. Para mí, y dentro de ese supuesto de libertad de expresión, tanto feminismo como machismo, son actitudes radicales propias de incultos.

Ahora quiero hablar de otra de las alcaldesadas de la ínclita y querida señora Carmena.

Ayer, dentro de las maniobras y de los pasos sucesivos que viene dando el Ayuntamiento para coaccionar al madrileño en el uso del vehículo privado, se llevó a cabo el corte a la circulación de uno de los dos grandes ejes madrileños: La Gran Vía.

Curiosamente la apertura, no hace tanto, de la Gran Vía madrileña, fue considerada como uno de los grandes logros y aciertos urbanísticos de la movilidad madrileña. Con su apertura Madrid comenzó a transformarse, de un poblachón grandote con trazados urbanísticos medievales, en una ciudad moderna y mejor articulada. Ahora, en aras de un ecologismo partidista y sin cimientos razonables, se medio cierra al uso del automóvil; lo que no estaría mal a no ser porque, a cambio, no se dan otras alternativas viables y efectivas.

Para más inri, hay que constatar que el cierre al automóvil no es total. Una enorme cantidad de “excepciones” , ineludibles y lógicas por otra parte, hacen que el efecto contaminante no desaparezca, es más, el embotellamiento consecuente al no tener agilidad de circulación los medios de transporte habituales deja cómo mínimo la cuestión de la contaminación sin una solución efectiva… y sí demagógica.

La circulación de vehículos en una gran ciudad como Madrid, se podría comparar con la circulación sanguínea en un cuerpo humano. La obturación de cualquiera de las grandes arterias crea problemas en el resto del sistema venoso, y consecuentemente en el organismo en general. Para disminuir o eliminar el tránsito de vehículos en el centro de las ciudades, antes hay que tomar una serie de medidas para que el sistema tradicional y natural de la ciudad pueda asimilarlo. Red de transportes colectivos y públicos, precios de estos, ampliación de la red de transporte sin tener en cuenta la rentabilidad de la misma, descentralización de los servicios burocráticos, planificación de aparcamientos de acercamiento a los medios de transporte públicos desde la periferia y de las ciudades dormitorio, descentralización de los polígonos industriales y su viabilidad en transportes, etc. Es decir, dar alternativas viables y efectivas al ciudadano.

El automóvil ha sido uno de los grandes logros de nuestra civilización y ha supuesto la ampliación de horizontes y el acercamiento de lo que antes era casi inalcanzable, a no ser que se fuese un potentado y se tuviese el suficiente dinero para acceder a lo que estaba vetado a la mayoría de los mortales. Rapidez, comodidad, inmediatez, además de sensaciones impensables anteriormente es, entre otras cosas, lo positivo que ha aportado el automóvil. Pero paralelamente ha creado otros problemas de difícil solución si no hay dinero suficiente de por medio y cierto grado de raciocinio y sentido común.

Durante décadas se ha promocionado el combustible diesel con precios “bajos” de cara al supuesto bienestar social de la gran masa que casi todos nosotros formamos parte. El actual parque automovilístico funciona con este combustible en una inmensa mayoría, despreciando el uso de otros tipos de combustible por causas que desconozco pero que intuyo.

Hace muchos años que el uso de GLP está más que experimentado y con resultados muy positivos en todos sus aspectos….salvo en el enorme alargamiento de la vida media de los automóviles que lo usan… lo que no es positivo para la industria y dificulta el “movimiento” del dinero. La gasolina fue demonizada a base de inflar los precios, siendo este combustible más limpio y mucho más experimentado en la automoción; pero en España, al contrario de otros países europeos, se optó por subvencionar el diesel…..y ahora lo pagamos.

Quieren prohibir, o penalizar, el uso de este combustible que es usado por la inmensa mayoría de usuarios. Usuarios que además conforman esa gran franja de personas que tendrían grandes dificultades para hacer cualquier tipo de desembolso encaminado a cambiar a corto plazo su tesoro automovilístico. Crisis económica, precariedad en el trabajo, paro desmesurado, grandes subidas de impuestos, vida inflada artificialmente y no acorde con las realidades nacionales…..y cambio de automóvil…..no es muy compatible que digamos; pero a nosotros nos dejan el problema, y arteramente nos obligan a afrontarlo mediante imposiciones.

Vehículos eléctricos. Eso, salvo en determinadas circunstancias, es casi prohibitivo y no deja de ser un experimento. Vehículos muy caros para la mayoría, poca información y planificación de los residuos contaminantes ( las baterías también contaminan), poca autonomía en una nación con las dimensiones como la nuestra, dificultad casi total de repostaje, etc.

Ahora, en teoría todo son alabanzas y comeduras de tarro; pero ¿quién me garantiza que dentro de “cuatro días” la tarifa eléctrica automovilística se dispare? ¿ Donde se “enchufan” los millones de vehículos que vemos estacionados en nuestras calles? ¿Será gratis o simplemente aceptable el “enchufe”? ¿Qué repercusiones tendremos que afrontar de nuestro bolsillo para adecuar las infraestructuras actuales al adecuarlas a este nuevo medio? Son muchas preguntas sin respuesta, y todas ellas pasan por el inevitable y poderoso caballero “don dinero”.

En fin, queda todo un mundo por analizar en este problema que poco a poco, con vaselina, nos están propiciando. Un problema lleno de demagogia y medias verdades en las que solo nos enseñan una pequeña parte, la positiva, la idealista, la que de entrada cualquier persona aceptaría….siempre que no sea capaz de pensar un poco más allá de lo que nos cuentan.

PD. Hay otra alcaldesada habitual: ¿Es consecuente con el actual estado económico municipal el enorme gasto energético que supone la iluminación navideña con tanta antelación?

Eso lo dejo para otro día.