Que poder tiene los recuerdos selectivos.

Y más en personas que sólo ven una parte de la historia.

Al menos queda el consuelo de que esta bien donde está...que final más triste, solo y rodeado de sus enemigos en su pirámide de dictador a la castellana sin ver nunca el sol y lleno de fantasmas de su glorioso pasado. Sin despreciar lo húmedo que es ese lugar.

Que curioso ha sido el final de su historia, ahora objeto de alabanzas y añoranzas en un foro de la actual Guardia Civil.

Creo que deben ser muy pocos los que siguen trabajando en la actualidad en la Guardia Civil que entraron cuando hasta el final de su vida firmó sentencias de muerte y otras leyes muy tolerantes.