Muchos expertos ya vaticinan que este choque entre dos formas de ver la vida, este odio de una parte contra la otra parte de un país, ese arderéis como en el 36, saldrá de las redes sociales y explotará por toda la Nación. No han sido dos casos aislados, no. Detrás de la barbarie de una madre bilduetarra, repito, una madre bilduetarra de un bebé que deseaba la muerte a otro niño como el suyo de 8 años, enfermo de un sarcoma de huesos (uno de los cáncer más dolorosos); detrás hubo a través de las redes y hay hoy, miles de personas que piensan que Adrián debe morir y cuánto más sufra mejor...los movimientos de apoyo a la madre de un bebé declarada bilduetarra y animalista, fueron ingentes... Es cierto que algunos se empeñan en desviar la responsabilidad hacia otro lado y convertir a las víctimas o al entorno de las víctimas en el problema... Particularmente no creo en la perdón para esas alimañas que desean la muerte a un niño de 8 años enfermo de cáncer de huesos, no va conmigo la doctrina de poner la otra mejilla...la otra mejilla que la ponga el cura peronista que se encuentra hoy más preocupado del poder temporal que del espiritual. Ya veremos cuanto dura la paciencia de los borregos y gregarios. De momento lo que está claro, que delitos de odio sólo se producen en la medida en que la víctima cumple con el pensamiento políticamente correcto, el cual básicamente consiste en ser muy social y muy de izquierdas.