18.000 euros por el primer 'vientre de alquiler' español



La mujer, que tenía entonces 29 años, viajó a Ucrania para una fecundación in vitro con el esperma del marido de una pareja española que le pagó todos los gastos y 18.000 euros. Un caso único


Ayer empezó en Madrid la feria de gestación subrogada, denunciada ante la fiscalía por feministas. El Congreso debatirá la regularización por ley de los vientres de alquiler, pero sin pagos de por medio


Una mirada tres años atrás. Un país, Ucrania, donde estaba a punto de estallar una guerra civil. En un apartamento de un bloque de pisos en el centro de Kiev, una joven española se instala con dos maletas, una llena con ropa de premamá. La vamos a llamar por su signo del zodiaco, Libra. Le acompaña una pareja, también española, y un abogado. "Todo saldrá bien. No te preocupes por tu marido y tu hija, cuidaremos de ellos", le dicen. Pasan varios meses entre pruebas médicas y dos fecundaciones in vitro. La segunda con éxito. La pareja vuelve a España dejando a la mujer embarazada de un bebé que no será suyo. "Un favor de amiga", dice Libra. En realidad lo hizo por necesidad económica.


Los siguientes nueve meses trascurren entre antojos y lágrimas por Skype, a más de 3.000 kilómetros de su casa. Llega el día. El parto es en una clínica privada ucraniana. De su vientre nace una niña que nunca cogerá en brazos. Ha renunciado a ella ante notario. Es una madre sólo gestante. El primer vientre de alquiler de España. Y le han compensado por ello: 18.000 euros.


Hoy, al otro lado del Whatsapp, esta mujer de 32 años se lo piensa antes de empezar a teclear desde su casa en una ciudad castellana. "Más me vale estar callada", escribe. Su anonimato es necesario para explicar la atípica y enrevesada historia de una española que dio a luz en Ucrania al bebé de una pareja amiga. Un caso, a priori, único en nuestro país.


Lo contamos el fin de semana en el que se celebra en Madrid Surrofarir, una polémica feria sobre gestación subrogada, una modalidad popularmente conocida como "vientre de alquiler". Hay 22 puestos donde varias empresas asesoran a los españoles que desean viajar a los 10 países donde es legal esta práctica (en España está prohibido). Los comerciales que aguardan en cada staff tienen hasta un catálogo con fotos de mujeres dispuestas a ser gestantes y precios.


"Aquí el caso de esta señora es nulo. Y por ley es la madre del bebé. Está fuera de ordenación porque la normativa ucraniana sólo es para residentes en ese país. No sé qué vueltas le habrán dado a la ley ni qué clínica ucraniana se habrá prestado a ello", explica la abogada Ana Miramontes, la letrada que más casos de gestación subrogada de parejas españolas ha llevado en los últimos años. "Renunciar al hijo es abandono de familia y está penado. Y encima hay un intercambio económico. Se puede meter en un problema gordo".


Una de las voces que se ha pronunciado más alto en contra de la gestación subrogada es Beatriz Gimeno, diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid. "Se están dando casos de explotación de la mujer, granjas donde permanecen hasta que dan a luz, comercios de bebés. Es uno de los mayores negocios del mundo y tiene un lado muy oscuro", afirma Beatriz.


Otra visión tiene Santiago Agustín, de Interfertility, una empresa española que desde 2013 asesora y acompaña a aquellas personas que desean tener un hijo por gestación subrogada. "Hay que acabar con el mito de la mujer desesperada que viene de una granja y no tiene ningún tipo de preparación. No es así. La motivación es económica, pero eso no significa que sean mujeres en situación de pobreza. Las que participan tienen que tener una vida estable", defiende Santiago.


El caso de Libra también es excepcional en Ucrania. Allí las clínicas consiguen a las madres gestantes a través de anuncios en periódicos. En el país donde el sueldo medio no llega a los 200 euros mensuales, por gestar a un bebé de una pareja española una mujer cobra 12.000 euros. Para iniciar el proceso debe ser una pareja heterosexual que documente la razón por la que la mujer no puede tener hijos.


"En mi caso querían una mujer española sí o sí, desconozco que trámites legales hicieron, pero yo firmé una renuncia a la potestad del bebé", dice Libra.
la Asociación por la Gestación Subrogada en España, integrada por 8.000 familias. "Hemos redactado una proposición de ley para levarla al Congreso mediante legislativa popular. Proponemos seguir el modelo de Canadá, que se hace de manera altruista y sin un intercambio comercial", explica Aurora, que añade que si algún día se regulariza en España, ella se ofrecería como madre gestante. Al igual que la joven María, de Sevilla.


Un argumento difícil de creer para Libra. "Gratis nadie lo haría No se pueden imaginar lo duro que es llevar dentro una criatura que nunca será tu hija". Palabra de vientre de alquiler.


http://www.elmundo.es/cronica/2017/0...b078b467b.html

En la feria de los vientres de alquiler: “Hemos encargado un bebé rubio, de ojos azules y californiano mientras las Femen nos gritaban”

Rubio, de ojos azules y californiano. Eso fue lo que nos dio por escoger, porque en Surrofair, la feria de los vientres de alquiler, celebrada en el hotel Weare Chamartín, los bebés van a la carta. Cada cual puede llegar, pedir, firmar, ponerse en la lista de espera y catorce meses después –si todo sale como se había planeado, y contando con los trámites previos al embarazo- nace un hijo con el color del pelo y los ojos deseados, de la raza que a uno se le antoje y criado por la persona que la propia pareja ha seleccionado y en el lugar que esta prefiera. Si los interesados también necesita óvulos, se pueden escoger las características de la donante. La gestación puede realizarse en Ucrania, en Estados Unidos y hasta en Canadá, entre otros países. Por 150.000 euros se consigue un bebé casi de laboratorio. La vida moderna diseña los vástagos al gusto personal del consumidor.


http://www.elespanol.com/reportajes/...3978843_0.html


Historias, realidades de madres que nunca ejercerán como tales, solo como meras gestantes de hijos.
Una realidad con muchos aspectos, diferentes, donde la apariencia puede ser una y, la realidad otra bien distinta. Tema controvertido pero que está en la sociedad aunque apenas se hable de ello.