En la Guardia Civil, aunque muchos no se lo crean, aún cuando todo el día teníamos que ir con el uniforme nos encantaba ir con nuestros hijos, mi padre me llevaba y él iba de uniforme, yo a mi hija la arropaba con mi capa en los frios de Palencia para contarle cuentos y allí se quedaba dormida, siempre hemos velado no por nuestros hijos sino por los de los compañeros cuando estos estaban ausentes del cuartelillo, todo un ejemplo de fraternidad y hermandad.
Marcadores