Día a día nuestra sociedad la vemos cambiar, comportamientos que han sido algo cotidiano, normal, hoy escasean, y en muchos momentos se añoran. Como el alegre saludo de un “buenos días” al entrar en cualquier local, la cordialidad con el vecindario del barrio, la charla amigable con el vecino, ayudar a un abuelete a cruzar, los pequeños favores entre vecinos, conductas que facilitaban una convivencia entre el variopinto grupo de gentes de un pueblo, una ciudad, sea grande o pequeña.

Supongo que como todos, albergaremos pequeñas historias o historietas que nos han contado nuestros padres, abuelos, tíos….de lo normal que era hacer favores entre todos. Una vecina te regaba las plantas al salir de viaje, o te hacia la compra si se estaba enfermo, te recogía los niños del cole y les daba la merienda, etc….miles de pequeños favores que formaban una cadena entre sí.

Muchas de estas conductas han pasado a ser rarezas en nuestra sociedad. Saltó a los medios y también en el cine, un llamamiento a recuperarse, donde se había perdido…..una cadena de favores, pero sin necesidad de mediar el conocerse, un favor a un desconocido, que a su vez deberá hacer otro favor a otra persona, sin conexión…..y girando la rueda, los que hicieron favores recibirán otros de personas desconocidas.

Seguro que vosotros albergáis en vuestra mochila más de uno, en el medio que muchos se desenvuelven es propicio muchas veces hacer algún pequeño favor a un desconocido, otras veces son enormes, difíciles de cuantificar, como salvar una vida.

Si os parece, compartamos alguno de ellos…..por pequeño que sea y, cómo nos hizo sentir ese gesto.

Comienzo con uno……

En una de esas grandes superficies, Leroy Merlin, me pongo a la cola en devoluciones y reclamaciones, delante una mujer que realiza su gestión, al terminar y comenzar yo con mi asunto, una reclamación con posible devolución……se dirige la mujer y me pregunta si al terminar me voy a la ciudad. El centro dista un buen trecho de la ciudad. Me dice que tiene que ir a un funeral y no tiene coche, alguien la ha traído pero no la pueden recoger para llegar a tiempo, el transporte público tarda muchísimo, es escaso.

¿Qué hacer?.....mi idea era entrar a buscar otras cosas que necesitaba de esa tienda….pero le dije que la llevaría a la ciudad para que asistiese al funeral. En la puerta del lugar.

No conocía a esta mujer, ni su nombre. Me dio las gracias varias veces y llegó a tiempo para despedir a alguien en su último viaje.

Me hizo sentir bien el pequeño favor a una desconocida.

Un cordial saludo.