He sido fumador de hasta 3 cajetillas diarias (cosas de burro) hasta el momento en que al subir una escalera me faltaba aire: me ahogaba. No digamos intentar correr. Tenía entonces 45 años y tenía miedo de proponerme dejarlo y no conseguirlo.
Empecé a mentalizarme con dejarlo pero seguía fumando como siempre
Cogí un almanaque y busqué una fecha. La publiqué a los cuatro vientes: familia, amigos, compañeros, conocidos... a todo el mundo pensando que aunque fuese por vergüenza conseguiría dejarlo.
La fecha fue unos tres meses después de la decisión (para tener tiempo de asimilarlo)
LLEGÓ EL GRAN DIA
Sábado por la noche. Después de cena y cine vuelta a casa y un cigarrillo antes de dormir.
Mi esposa me dice: Ya es la fecha.
Respondo: Cuando amanezca será el día.
Y amaneció. Hasta hoy.
Al principio no lo creía nadie. Ya he dicho que fumaba como un cisquero (el que hacía el cisco: combustible de carbón menudo para los braseros domésticos, generalmente), sigo, en casa decían que fumaría en el trabajo; los compañeros que fumaría en casa; los amigos que cuando no estaba con ellos: hasta que se convencieron: ES VERDAD, NO FUMA.
Sólo me arrepiento de no haberlo dejado 30 años antes, pero entonces fumar "demostraba" que eras un hombre.
Naturalmente me ha pasado factura: estoy diagnosticado de EPOC con tratamiento médico y control permanente hasta que Dios me quite definitivamente del tabaco.
Pero podía haber sido peor.
Mi único consejo para el que quiera dejarlo: Es más fácil de lo que parece siempre que se tenga voluntad de hacerlo.
Yo lo conseguí.

Perdón por el ladrillazo, y... suerte.

. :salu: :salu: