No se encontró rastros de sustancia mortal en la batida realizada ayer en los montes próximos a Arenas de Cabrales. Tampoco en la efectuada el jueves en la zona de Laviana y muy cerca de la frontera con el concejo de Piloña. Hoy está previsto que prosigan las investigaciones, pero esta vez en terrenos del municipio de Cangas de Onís.
Para poder localizar estos cebos escondidos en el monte es indispensable la participación de los perros de la Unidad Central de Servicio Cinológico. En este caso han venido a Asturias 'Tietar' y 'Hornos', dos pastores belgas de tres años de edad. Junto a ellos están sus guías, los guardias Iván García y Daniel Garrido. Los perros nacieron en Málaga y fueron donados a la Benemérita por la Junta de Extremadura. Desde que tenían un año han sido entrenados para detectar los principales venenos que se utilizan en las zonas ganaderas y cinegéticas de España -todos sería imposible dado el amplio abanico existente- y a los dos comenzaron su trabajo como un agente más. En el caso de Asturias la Benemérita cuenta con cerca de una quincena de perros, aunque estos canes están especializados en detección de drogas y explosivos, además de en cuestiones de seguridad o ayudar en los rescates a localizar a personas desaparecidas.
«Realizamos la búsqueda en función del lugar donde haya aparecido el animal muerto y en base a su movimiento. Por ejemplo el hábitat del alimoche, en el caso de Cabrales, son los cortados», explica Daniel Garrido. «Nuestra forma de trabajar es dejar al perro libre y seguirle. Él es el que manda. Cuando encuentra un olor que lo identifica con veneno se queda sentado y empieza a ladrar para indicárnoslo», prosigue el agente, quien indica que los pastores belgas son unos canes muy sensibles a los aromas y con una autonomía importante, menos cuando hace un calor intenso.
En España existe una única Unidad de Servicio Cinológico compuesta por cuatro guías y unos diez perros que se desplaza a los distintos puntos del país en función de las solicitudes que les realicen los distintos equipos del Seprona. Según explican estos agentes en este país «hay una gran cultura de utilizar veneno en zonas ganaderas o de caza. De hecho en 1983 seguía siendo legal. Ahora colocarlo en el monte o en el campo es un delito recogido en el Código Penal con multas y penas de cárcel».
Medidas preventivas
Según explica Evaristo Rivero, cabo de la patrulla del Seprona con base en Panes, ayer eligieron esta zona de los montes de Cabrales «porque tuvimos un aviso de un alimoche muerto y ante la posibilidad de que haya cebos colocados estamos estudiando el lugar». Este agente indica que cada vez que aparece un animal con síntomas de envenenamiento se pone en marcha el Programa Antídoto que incluye acciones preventivas como las batidas, unas batidas que también sirven como medida disuasoria para que aquellos que colocan cebos envenenados se lo piensen dos veces antes de hacerlo. Rivero explica que en el caso de Asturias se utilizan este tipo de carnazas «por tradición de los pastores» para combatir los daños que les causan las alimañas. También indica que la Guardia Civil tiene conocimiento de estos hechos cuando los ciudadanos se encuentran un animal muerto y les llaman para darles el aviso.
A nivel nacional donde más se utilizan este tipo de tóxicos que causan la muerte «es en Andalucía y Extremadura», aunque los agentes apuntan que «en el norte también se usa, pero la gente tiende a ocultarlo». Desde la Guardia Civil también se indica que el uso de estas sustancias tiene una mayor repercusión en la parte sur del país, dado que las especies que lo comen por error -normalmente no va destinado a ellas- pueden ser linces o águilas reales e imperiales, unos animales con una repercusión pública y una importancia medioambiental mayor que si lo ingiere un alimoche.
En el sur los principales destinatarios de los venenos que colocan los humanos «son los buitres», mientras que en el norte son «los lobos». Curiosamente el cánido es una especie «muy desconfiada» y antes de que este depredador se como un cebo de estas características lo han hecho los buitres o los alimoches, como ha sucedido en el caso de Cabrales. Desde la Guardia Civil se asegura que «en España hay una cultura del veneno muy extendida», pero se quiere concienciar a la sociedad de sus efectos negativos sobre la fauna.
Fuente: http://www.elcomercio.es/v/20130629/oriente/guardia-civil-busca-ayuda-20130629.html
Paso a la reserva
Autor: jacafe1967Muy buenas. Recientemente he pasado a la reserva. Quisiera me indicaseis, aquellos que sepan del tema, que debo hacer, con ISFAS, con la GC, solicitudes
Último mensaje: duendecillo 25/04/2025, 10:03