Un extracto de esta pequeña historia, titulada "LA PROMOCIÓN DE TENIENTES DEL TRES Y MEDIO" en:
http://novela-sinpiedad.blogspot.com.es/
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En fin, yo quería contar la historia de alguien, de una de esas “personas”, que también tenía la cualidad de “Mando”.
Jamás olvidaré aquél brigada de Úbeda. Qué buena persona era, y por eso recuerdo su historia con simpatía y cariño. El suboficial, del cual no recuerdo su nombre (miento), era uno de los pocos que no acostumbraba a hacer nuestra existencia miserable, ya que no arrestaba por sistema a los que andábamos corriendo por aquellos patios de cemento, escondiéndonos de ellos (esos Mandos) asustados como conejos a todas horas, intentando no ser cazado ni arrestado por cualquier parida. No sé si alguno de la promoción recuerda el nombre de aquel cabo que nos tocó padecer (también miento, porque lo sé). Acostumbraba a decir:
“!Ven chico, dame tu número, que te voy ahorrar mil pesetas!”.
El brigada, que se defendía mal con la palabra −y aún peor con la escritura−, no sabían bien dónde destinarlo los Jefes en la Academia, y no vieron mejor salida que ponerlo al frente de aquellas clases donde, en un circuito de arena polvoriento acorde a las instalaciones degradantes donde tuvimos que permanecer seis meses, se daba vueltas con bicicletas y motocicletas, todas cascadas y hechas ruinas. Sí, aún en 1981 había caballos y bicicletas. Los caballos no estaban en mejor estado que las bicicletas y motos a las que me refiero. Me dio cierta pena saber que, a los pocos años, los sacrificaron. Creo que algunos de aquellos caballos estaban a más nivel que algunos “Mandos”.
En fin, a propósito de la excelente preparación cultural a la que acuden hoy día los aspirantes a cualquier Academia de la Guardia Civil, me vino a la mente escribir sobre la que llamaré la historia del oficial “Fulanito” de la promoción del “tres y medio” (...)