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A Pedro J. lo han podido cesar por mil causas distintas; unas, las que diga yo, otras, las que digan los demás, que son muchos. O sea, que al final, a Pedro J. lo han podido cesar por las mil causas que decía al principio, pero de la verdad verdadera posiblemente nunca nos enteremos. Podemos creer esto o aquello, pero la verdad de la verdad solo es patrimoniio de Pedro J. y posiblemente de nadie más.
Así que podemos dedicarnos a elucubrar, que puede que acertemos o puede que no.
O sea, que la verdad de la verdad, no tenemos ni **** idea de por qué lo han cesado, y posiblemente nunca la tengamos.
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Yo solo espero que el periódico siga en la misma línea de investigación de la corrupción que hay en ese tejido podrido que es la clase política.
Todavía recuerdo los muchos casos que este medio destapo desde los noventa a nuestros días. Y no deben ser invitaciones a cenar lo que Pedro J. habrá recibido de los políticos españoles.
A ver si nos sorprende Casimiro o no nos sorprende.