Pues nada, que me pongan descansos de esos siempre que puedan justificar esas razones organizativas, porque a mí me las tendrán que justificar. Y a rezar que no les pase ningún accidente, porque como ocurra el que los ponga, cuanto menos, se va a pasar unos años muy divertidos intentando librarse de dar una indemnización en los juzgados.