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Guion2 o guión.
Este signo ortográfico (-) no debe confundirse con la raya (—). Ambos se representan por medio de un trazo horizontal, pero el guion es de una longitud sensiblemente menor que la de la raya (→ raya). Para la doble acentuación de esta palabra, → guion1 o guión. El guion se usa en los casos siguientes:
2. Como signo de división de palabras a final de línea
Cuando, por motivos de espacio, se deba dividir una palabra al final de una línea, se utilizará el guion de acuerdo con las siguientes normas:
2.11. Para la composición tipográfica de textos, suelen hacerse las recomendaciones siguientes:
d) Después de punto y seguido se procurará no dejar a final de línea una sílaba de menos de tres letras: El sábado fuimos de excursión. Co- / mimos en una tasca muy barata. Mejor: Comi- / mos...
http://lema.rae.es/dpd/?id=cvqPbpreSD6esL3ahc
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Guion2 o guión.
Este signo ortográfico (-) no debe confundirse con la raya (—). Ambos se representan por medio de un trazo horizontal, pero el guion es de una longitud sensiblemente menor que la de la raya (→ raya). Para la doble acentuación de esta palabra, → guion1 o guión. El guion se usa en los casos siguientes:
2. Como signo de división de palabras a final de línea
Cuando, por motivos de espacio, se deba dividir una palabra al final de una línea, se utilizará el guion de acuerdo con las siguientes normas:
2.11. Para la composición tipográfica de textos, suelen hacerse las recomendaciones siguientes:
e) La última línea de un párrafo no deberá tener menos de cinco caracteres, sin contar el signo de puntuación que corresponda.
http://lema.rae.es/dpd/?id=cvqPbpreSD6esL3ahc
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Guion2 o guión.
Este signo ortográfico (-) no debe confundirse con la raya (—). Ambos se representan por medio de un trazo horizontal, pero el guion es de una longitud sensiblemente menor que la de la raya (→ raya). Para la doble acentuación de esta palabra, → guion1 o guión. El guion se usa en los casos siguientes:
3. Uso en obras de contenido lingüístico
3.1. El guion se usa para marcar la separación entre las sílabas que componen una palabra. En este caso, el guion se escribe siempre entre espacios en blanco: ca - len - da - rio.
http://lema.rae.es/dpd/?id=cvqPbpreSD6esL3ahc
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Guion2 o guión.
Este signo ortográfico (-) no debe confundirse con la raya (—). Ambos se representan por medio de un trazo horizontal, pero el guion es de una longitud sensiblemente menor que la de la raya (→ raya). Para la doble acentuación de esta palabra, → guion1 o guión. El guion se usa en los casos siguientes:
3. Uso en obras de contenido lingüístico
3.2.1. Se escribe un guion delante de un segmento de palabra (sílaba, morfema, elemento compositivo, etc.) para indicar que va en posición final: -illo, -idad, -ar. En este caso, si a la sílaba que precede a dicho segmento le corresponde llevar tilde, esta se colocará sobre el guion: -´fago (litófago).
http://lema.rae.es/dpd/?id=cvqPbpreSD6esL3ahc
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Guion2 o guión.
Este signo ortográfico (-) no debe confundirse con la raya (—). Ambos se representan por medio de un trazo horizontal, pero el guion es de una longitud sensiblemente menor que la de la raya (→ raya). Para la doble acentuación de esta palabra, → guion1 o guión. El guion se usa en los casos siguientes:
3. Uso en obras de contenido lingüístico
3.2.2. Si el guion se escribe pospuesto a un segmento de palabra, se indica que dicho segmento va en posición inicial: post-, re-, cant-.
http://lema.rae.es/dpd/?id=cvqPbpreSD6esL3ahc
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Guion2 o guión.
Este signo ortográfico (-) no debe confundirse con la raya (—). Ambos se representan por medio de un trazo horizontal, pero el guion es de una longitud sensiblemente menor que la de la raya (→ raya). Para la doble acentuación de esta palabra, → guion1 o guión. El guion se usa en los casos siguientes:
3. Uso en obras de contenido lingüístico
3.2.3. Si un segmento de palabra se escribe entre guiones, se indica que dicho segmento va en interior de palabra: -ec-, -in-, -bl-.
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Hiato.
1. Es la secuencia de dos vocales que se pronuncian en sílabas distintas: grú - a, pa - ís, ca - er, dis - cu - tí - ais. Desde el punto de vista fonético, son hiatos las combinaciones de vocal abierta (a, e, o) átona + vocal cerrada (i, u) tónica: raíz, laúd, reír, transeúnte, oír; de vocal cerrada tónica + vocal abierta átona: María, ríe, frío,cacatúa, acentúe, búho; de dos vocales iguales: azahar, poseer, chiita, alcohol; y de dos vocales abiertas distintas:caer, aorta, teatro, etéreo, coágulo, poeta (aunque, en el habla, la secuencia de dos vocales abiertas —especialmente cuando ninguna de ellas es tónica— puede articularse como diptongo, esta combinación vocálica se considera siempre hiato desde el punto de vista normativo).
http://lema.rae.es/dpd/?key=hiato
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Hiato.
2. Las otras combinaciones posibles de dos vocales (salvo la secuencia de una vocal abierta tónica seguida de una cerrada átona, que forma siempre diptongo en español) se pueden pronunciar como hiatos o como diptongos (→diptongo, 1 y 2), dependiendo de diversos factores: las palabras concretas en las que se encuentren incluidas, el origen geográfico o social del hablante (→ 4 y 5), el mayor o menor esmero en la pronunciación, etc. Dada esta variabilidad, se ha optado por establecer una serie de convenciones sobre qué ha de considerarse diptongo y qué ha de considerarse hiato a la hora de acentuar gráficamente las palabras; así, las secuencias vocálicas distintas de las descritas en el primer párrafo se considerarán siempre diptongos a efectos de acentuación gráfica (→ tilde2, 2.1.1 y 2.2.1).
http://lema.rae.es/dpd/?key=hiato
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Hiato.
3. La h intercalada no influye en absoluto en la consideración como diptongo o como hiato de una secuencia vocálica; así, hay grupos de vocales con hintermedia que forman diptongo: ahijado, ahumar, prohibir,y otros que forman hiato: ahínco, turbohélice, prohíbe.
http://lema.rae.es/dpd/?key=hiato
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Hiato.
4. Tanto en España como en América existe una tendencia antihiática muy marcada en el habla popular, lo que provoca que determinadas secuencias vocálicas que son hiatos en el habla culta se pronuncien como diptongos entre hablantes poco instruidos, con el consiguiente cierre en el timbre de la vocal átona; así, en el habla esmerada, deben evitarse pronunciaciones como http://www.forodelguardiacivil.com/i...UrXhxJ8mFAADs=[golpiár] por golpear, http://www.forodelguardiacivil.com/i...UrXhxJ8mFAADs=[akordión] por acordeón, http://www.forodelguardiacivil.com/i...UrXhxJ8mFAADs=[kuéte] por cohete, http://www.forodelguardiacivil.com/i...UrXhxJ8mFAADs=[pelié] porpeleé, etc. No obstante, en algunos países de América, particularmente en México, este cierre vocálico se da también en el nivel culto.
http://lema.rae.es/dpd/?key=hiato
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Hiato.
5. En amplias zonas de América es muy frecuente que se pronuncien como diptongos secuencias formadas por una vocal cerrada átona y una vocal abierta tónica, o por dos vocales cerradas distintas; estas mismas secuencias, por el contrario, se pronuncian mayoritariamente como hiatos en el español de España y de algunos países americanos, por ejemplo, la Argentina o el Ecuador. Así, en España y parte de América, la palabra guion se pronuncia como bisílaba ([gi - ón]), debido al hiato, mientras que en otras áreas americanas se pronuncia como monosílaba ([gión]), debido al diptongo; lo mismo sucede con jesuita, que vacila, según las zonas, entre el hiato ([je - su - í - ta]) y el diptongo ([je - suí - ta]). Sobre la acentuación gráfica de las palabras que incluyen estas combinaciones vocálicas, → tilde2, 2.1.
http://lema.rae.es/dpd/?key=hiato
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Hora2.
1. Es la indicación del momento en que sucede o se hace una cosa en relación con cada una de las veinticuatro partes en que se divide el día. La pregunta que corresponde a la indicación de la hora se formula, en la lengua general culta, en singular: ¿Qué hora es? (en ella, la palabra hora tiene el sentido genérico de ‘momento del día’). Su formulación en plural (¿Qué horas son?) es admisible, aunque menos recomendable, y se da con cierta frecuencia en algunos países de América, especialmente en el nivel popular: «—¿Qué horas son, compa? —Van a dar las cinco» (Campos Carne [Méx. 1982]). Solo es normal el plural en la frase hecha de intención reprobatoria ¿qué horas son estas?: «¿Cómo que qué horas son estas de llamar? ¡Pero si ha sido usted quien...!» (GaMay Operación[Esp. 1991]). En la respuesta, el verbo va en singular si se trata de la una (Es la una y diez) y en plural en el resto de los casos (Son las diez y media; Son las dos menos cuarto).
http://lema.rae.es/dpd/?id=YNoTWNJnAD6bhhVBf9
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Hora2.
2. Existen dos modelos diferentes para expresar la hora:
a) Aquel en que se emplean solo los números del 1 al 12 (o los numerales cardinales correspondientes), añadiendo, si es necesario, la indicación del tramo del día al que corresponde la hora expresada: «de la mañana» (desde que sale el sol hasta el mediodía, o desde la medianoche hasta que amanece): A las nueve de la mañana hacía ya un calor insoportable; Me desperté a las tres de la mañana y ya no pude conciliar el sueño; «de la tarde» (desde el mediodía hasta que el sol se pone): Contraerán matrimonio mañana, a la una de la tarde; «de la noche» (desde que anochece hasta la medianoche): No llegaron hasta pasadas las nueve de la noche; «de la madrugada» (desde la medianoche hasta que amanece): A las tres de la madrugada el frío era insoportable. No es correcta la expresión http://www.forodelguardiacivil.com/i...UrXhxJ8mFAADs=doce de la tarde, usada en lugar de doce de la mañana, del día o del mediodía. Para indicar las principales fracciones horarias se utilizan las expresiones en punto, y cuarto, y media y menos cuarto; en algunos países americanos, como Chile, Venezuela, el Perú, México y el Ecuador, en lugar de menos cuarto se emplea la fórmulacuarto para...: «Era un cuarto para las diez» (VLlosaConversación [Perú 1969]); «Al cuarto para la una cierra el templo» (Elizondo Setenta [Méx. 1987]). El modelo de doce horas es el más utilizado cuando la hora se escribe con letras, y el más común en textos literarios y periodísticos. También puede usarse este sistema si se opta por escribir la hora con cifras; pero, en ese caso, para evitar ambigüedades, deben emplearse, tras los números, las abreviaturas a. m. (del lat. ante merídiem ‘antes del mediodía’) y p. m. (del lat. post merídiem ‘después del mediodía’): 5.30 a. m. (‘cinco de la mañana o de la madrugada’) y 5.30 p. m. (‘cinco de la tarde’). Para las doce de la mañana se recomienda el empleo de la abreviatura m.(del lat. meridies ‘mediodía’): «Estudiantes con carné, gratis antes de las 12 m.» (Tiempo [Col.] 28.4.97).
http://lema.rae.es/dpd/?id=YNoTWNJnAD6bhhVBf9
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Hora2.
2. Existen dos modelos diferentes para expresar la hora:
b) Aquel en que se emplean los números del 0 (para las doce de la noche) al 23 (o los numerales cardinales correspondientes), que presenta la ventaja de no requerir precisiones adicionales, ya que a cada hora del día le corresponde un número diferente. Este modelo se expresa con preferencia en cifras, en lugar de letras, y se usa especialmente en contextos en que se requiere la máxima precisión con el mínimo de elementos: El autobús saldrá a las 15.30 h de la plaza de Callao. Aunque es menos común su empleo cuando la hora se escribe con letras, no faltan ejemplos de ello en determinados contextos: «Ingresó el 10 de octubre de 1930, a las diecinueve horas» (Baroja Vuelta [Esp. 1944-49]).
http://lema.rae.es/dpd/?id=YNoTWNJnAD6bhhVBf9
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Hora2.
3. La hora puede expresarse en letras o en números:
a) En textos literarios y periodísticos, así como en cualquier otro tipo de texto en que la precisión horaria no es un factor de especial relevancia, la hora se escribe preferentemente con letras: Me llamó a las diez y media para saber si había llegado bien. En horarios, convocatorias, actas, informes técnicos o científicos y cualquier otro tipo de texto en que la precisión horaria es un factor relevante, se usan preferentemente los números: La cena se servirá a las 22.30 en el comedor principal. Se ruega puntualidad.
http://lema.rae.es/dpd/?id=YNoTWNJnAD6bhhVBf9
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Hora2.
3. La hora puede expresarse en letras o en números:
b) No es recomendable mezclar letras y números; así, es preferible escribir las diez de la noche que las 10 de la noche.
http://lema.rae.es/dpd/?id=YNoTWNJnAD6bhhVBf9
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Hora2.
3. La hora puede expresarse en letras o en números:
c) En el uso de letras o números influye también que se trate de horas exactas o aproximadas. En la expresión aproximada de las horas no suelen utilizarse números, sino letras, añadiendo fórmulas como alrededor de, hacia, y pico (→ pico, 2), pasadas, etc.: Apareció por allí alrededor de las cinco de la tarde; Vendré hacia las ocho; Serían las dos y pico cuando salió; Eran las diez pasadas. Cuando se expresan horas exactas, pueden usarse letras o números, teniendo en cuenta las preferencias antes señaladas en función del tipo de texto (→ a).
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Hora2.
4. Si la hora se escribe con números, debe tenerse en cuenta lo siguiente:
a) Para separar las horas de los minutos, se usa el punto o los dos puntos (→ punto, 4.1 y dos puntos, 2.1): 17.30, 17:30.
http://lema.rae.es/dpd/?id=YNoTWNJnAD6bhhVBf9
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Hora2.
4. Si la hora se escribe con números, debe tenerse en cuenta lo siguiente:
b) Opcionalmente puede emplearse tras las cifras el símbolo h (‘hora’), que, como todos los símbolos, debe escribirse sin punto (salvo que se trate del que marca el final del enunciado): 17.30 h o 17:30 h. También es posible desglosar la mención de horas y minutos, e incluso segundos, utilizando para ello los símbolos correspondientes: La bomba se lanzó a las 15 h 24 min 12 s en un remoto paraje de Siberia. Este desglose es común cuando se quiere expresar la duración exacta de un hecho: El tiempo de cocción es de 2 h 40 min.
http://lema.rae.es/dpd/?id=YNoTWNJnAD6bhhVBf9
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Hora2.
4. Si la hora se escribe con números, debe tenerse en cuenta lo siguiente:
c) Las horas en punto se expresan mediante dos ceros en el lugar que corresponde a los minutos: 22.00, 22:00. Pueden omitirse los dos ceros si tras la indicación de la hora se escribe el símbolo h (→ b): El acto comenzará a las 22 h.
http://lema.rae.es/dpd/?id=YNoTWNJnAD6bhhVBf9
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Hora2.
4. Si la hora se escribe con números, debe tenerse en cuenta lo siguiente:
d) Cuando se usan las abreviaturas a. m., m. y p. m. (→ 2a), no debe añadirse el símbolo h, por ser evidente que se trata de una referencia horaria: 17.30 h o bien 5.30 p. m.
http://lema.rae.es/dpd/?id=YNoTWNJnAD6bhhVBf9
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Interrogación y exclamación (signos de).
1. Los signos de interrogación (¿?) y de exclamación (¡!) sirven para representar en la escritura, respectivamente, la entonación interrogativa o exclamativa de un enunciado. Son signos dobles, pues existe un signo de apertura y otro de cierre, que deben colocarse de forma obligatoria al comienzo y al final del enunciado correspondiente; no obstante, existen casos en los que solo se usan los signos de cierre (→ 3a y d).
http://lema.rae.es/dpd/?id=bH8aKhoE1D6eF5Wp4C
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Interrogación y exclamación (signos de).
2. Indicaciones sobre el uso correcto de ambos signos
a) Los signos de apertura (¿ ¡) son característicos del español y no deben suprimirse por imitación de otras lenguas en las que únicamente se coloca el signo de cierre: http://www.forodelguardiacivil.com/i...UrXhxJ8mFAADs=Qué hora es? http://www.forodelguardiacivil.com/i...UrXhxJ8mFAADs=Qué alegría verte! Lo correcto es ¿Qué hora es? ¡Qué alegría verte!
http://lema.rae.es/dpd/?id=bH8aKhoE1D6eF5Wp4C
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Interrogación y exclamación (signos de).
2. Indicaciones sobre el uso correcto de ambos signos
b) Los signos de interrogación y de exclamación se escriben pegados a la primera y la última palabra del período que enmarcan, y separados por un espacio de las palabras que los preceden o los siguen; pero si lo que sigue al signo de cierre es otro signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos: Vamos a ver... ¡Caramba!, ¿son ya las tres?; se me ha hecho tardísimo.
http://lema.rae.es/dpd/?id=bH8aKhoE1D6eF5Wp4C
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Interrogación y exclamación (signos de).
2. Indicaciones sobre el uso correcto de ambos signos
c) Tras los signos de cierre puede colocarse cualquier signo de puntuación, salvo el punto. Lógicamente, cuando la interrogación o la exclamación terminan un enunciado y sus signos de cierre equivalen a un punto, la oración siguiente ha de comenzar con mayúscula (→ mayúsculas, 3.4.1): No he conseguido el trabajo. ¡Qué le vamos a hacer! Otra vez será.
http://lema.rae.es/dpd/?id=bH8aKhoE1D6eF5Wp4C
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Interrogación y exclamación (signos de).
2. Indicaciones sobre el uso correcto de ambos signos
d) Los signos de apertura (¿ ¡) se han de colocar justo donde empieza la pregunta o la exclamación, aunque no se corresponda con el inicio del enunciado; en ese caso, la interrogación o la exclamación se inician con minúscula (→ mayúsculas, 3.4.2b):
Por lo demás, ¿qué aspecto tenía tu hermano?
Si encuentras trabajo, ¡qué celebración vamos a hacer!
http://lema.rae.es/dpd/?id=bH8aKhoE1D6eF5Wp4C
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Interrogación y exclamación (signos de).
2. Indicaciones sobre el uso correcto de ambos signos
e) Los vocativos y las construcciones u oraciones dependientes, cuando ocupan el primer lugar del enunciado, se escriben fuera de la pregunta o de la exclamación; pero si van al final, se consideran incluidos en ellas:
Raquel, ¿sabes ya cuándo vendrás? / ¿Sabes ya cuándo vendrás, Raquel?
Para que te enteres, ¡no pienso cambiar de opinión! / ¡No pienso cambiar de opinión, para que te enteres!
http://lema.rae.es/dpd/?id=bH8aKhoE1D6eF5Wp4C
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Interrogación y exclamación (signos de).
2. Indicaciones sobre el uso correcto de ambos signos
f) Cuando se escriben seguidas varias preguntas o exclamaciones breves, se pueden considerar como oraciones independientes, o bien como partes de un único enunciado. En el primer caso, cada interrogación o exclamación se iniciará con mayúscula:
¿Quién era? ¿De dónde salió? ¿Te dijo qué quería?
¡Cállate! ¡No quiero volver a verte! ¡Márchate!
En el segundo caso, las diversas preguntas o exclamaciones se separarán por coma o por punto y coma, y solo se iniciará con mayúscula la primera de ellas:
Me abordó en la calle y me preguntó: ¿Cómo te llamas?, ¿en qué trabajas?, ¿cuándo naciste?
¡Qué enfadado estaba!; ¡cómo se puso!; ¡qué susto nos dio!
Cuando la exclamación está compuesta por elementos breves que se duplican o triplican, los signos de exclamación encierran todos los elementos: ¡Ja, ja, ja!
http://lema.rae.es/dpd/?id=bH8aKhoE1D6eF5Wp4C
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Interrogación y exclamación (signos de).
3. Usos especiales
a) Los signos de cierre escritos entre paréntesis se utilizan para expresar duda (los de interrogación) o sorpresa (los de exclamación), no exentas, en la mayoría de los casos, de ironía: Tendría gracia (?) que hubiera perdido las llaves; Ha terminado los estudios con treinta años y está tan orgulloso (!).
http://lema.rae.es/dpd/?id=bH8aKhoE1D6eF5Wp4C
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Interrogación y exclamación (signos de).
3. Usos especiales
b) Cuando el sentido de una oración es interrogativo y exclamativo a la vez, pueden combinarse ambos signos, abriendo con el de exclamación y cerrando con el de interrogación, o viceversa: ¡Cómo te has atrevido? / ¿Cómo te has atrevido!; o, preferiblemente, abriendo y cerrando con los dos signos a la vez: ¿¡Qué estás diciendo!? / ¡¿Qué estás diciendo?!
http://lema.rae.es/dpd/?id=bH8aKhoE1D6eF5Wp4C
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Interrogación y exclamación (signos de).
3. Usos especiales
c) En obras literarias es posible escribir dos o tres signos de exclamación para indicar mayor énfasis en la entonación exclamativa: ¡¡¡Traidor!!!
http://lema.rae.es/dpd/?id=bH8aKhoE1D6eF5Wp4C
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Interrogación y exclamación (signos de).
3. Usos especiales
d) Es frecuente el uso de los signos de interrogación en la indicación de fechas dudosas, especialmente en obras de carácter enciclopédico. Se recomienda colocar ambos signos, el de apertura y el de cierre: Hernández, Gregorio (¿1576?-1636), aunque también es posible escribir únicamente el de cierre: Hernández, Gregorio (1576?-1636).
http://lema.rae.es/dpd/?id=bH8aKhoE1D6eF5Wp4C
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Laísmo.
1. Es el uso impropio de la(s) en función de complemento indirecto femenino, en lugar de le(s), que es la forma a la que corresponde etimológicamente ejercer esa función (→ pronombres personales átonos, 1).
http://lema.rae.es/dpd/?key=laismo
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Laísmo.
2. Los pronombres la, las proceden, respectivamente, de las formas latinas de acusativo illam, illas. El acusativo es el caso de la declinación latina en el que se expresaba el complemento directo. Por ello, la norma culta del español estándar solo admite el uso de estas formas para dicha función: «La busqué [a Constancia] en los tres pisos» (Fuentes Constancia [Méx. 1989]); «Estas cosas muchos no las quieren creer» (Vanguardia [Esp.] 6.7.94). No son correctos los usos ejemplificados a continuación, en los que la forma la funciona como complemento indirecto: http://www.forodelguardiacivil.com/i...UrXhxJ8mFAADs=«Cuando abrió la Marcelina, la dijeron: ¿Vive aquí Marcelina Domínguez?» (JmnzLozano Grano [Esp. 1988]); http://www.forodelguardiacivil.com/i...UrXhxJ8mFAADs=«Yo la di un beso a Josefa» (Pombo Héroe [Esp. 1983]).
http://lema.rae.es/dpd/?key=laismo
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Laísmo.
3. El laísmo, al igual que otros fenómenos paralelos relacionados con el uso antietimológico de los pronombres átonos de tercera persona, como el leísmo y el loísmo, comienza a fraguarse en la Castilla primitiva durante la Edad Media (para las razones de su aparición, → leísmo, 3), pero no consiguió extenderse a la variedad del castellano andaluz, por lo que no se trasladó al español atlántico (Canarias e Hispanoamérica). El área propiamente laísta se circunscribe básicamente a la zona central y noroccidental de Castilla. Aun así, por influencia de la norma culta estándar (→ 2), es patente la voluntad de los hablantes cultos de esas zonas y, sobre todo, de los escritores, de ajustarse al uso etimológico.
http://lema.rae.es/dpd/?key=laismo
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Laísmo.
4. Hay ocasiones en que las incorrecciones o vacilaciones en el uso de los pronombres átonos de tercera persona no se deben a la tendencia dialectal señalada en el párrafo anterior, sino a la duda del hablante sobre el tipo de complemento —directo o indirecto— que rigen algunos verbos. Así, hay verbos que, incluso en zonas en las que los pronombres átonos distinguen funciones gramaticales, unas veces se construyen con pronombres de complemento directo —lo(s), la(s)— y otras con pronombres de complemento indirecto —le(s)—, dependiendo de distintos factores (→ leísmo, 4a, b, c y d); otros verbos están inmersos en un proceso de cambio de intransitivos (verbos que nunca se construyen con complemento directo) a transitivos (verbos que exigen la presencia de un complemento directo), y viceversa (→ leísmo, 4e). Para resolver estos casos, debe acudirse a las entradas correspondientes a cada uno de los verbos que habitualmente plantean dudas. En cuanto a las oraciones impersonales con se seguido de pronombre átono (Se le/la considera la mejor), → leísmo, 4f. Para casos de laísmo con semilocuciones verbales (echar un vistazo, prender fuego, etc.), → loísmo, 5.
http://lema.rae.es/dpd/?key=laismo
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Leísmo.
1. Es el uso impropio de le(s) en función de complemento directo, en lugar de lo (para el masculino singular o neutro), los (para el masculino plural) y la(s) (para el femenino), que son las formas a las que corresponde etimológicamente ejercer esa función (→ pronombres personales átonos, 1).
http://lema.rae.es/dpd/?key=leismo
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Leísmo.
2. Los pronombres le, les proceden, respectivamente, de las formas latinas de dativo illi, illis. El dativo es el caso de la declinación latina en el que se expresaba el complemento indirecto. Por ello, la norma culta del español estándar establece el uso de estas formas para ejercer dicha función, independientemente del género del sustantivo al que se refiere el pronombre: «Conocí a un cirujano plástico a quien le conté mi problema» (Tiempo [Col.] 1.12.87); «Yo nunca le conté a mi madre que había visto agonizando [...] al hijo del Ferroviario» (Asenjo Días [Esp. 1982]); «Al despedirlos les di veinte pesos» (Ibargüengoitia Crímenes [Méx. 1979]). Por tanto, son casos de leísmo usos como los siguientes, en los que le funciona como complemento directo: «Era Huayna Cápac, según dicen muchos indios que le vieron y conocieron, de no muy gran cuerpo» (Salvador Ecuador [Ec. 1994]); (X)«Los romanos [...] solían cocinarle [el cerdo] entero» (VV. AA. Matanza [Esp. 1982]). Debido a su extensión entre hablantes cultos y escritores de prestigio, se admite el uso de le en lugar de lo en función de complemento directo cuando el referente es una persona de sexo masculino: «Tu padre no era feliz. [...] Nunca le vi alegre» (TBallester Filomeno [Esp. 1988]). Sin embargo, el uso de les por los cuando el referente es plural, aunque no carece de ejemplos literarios, no está tan extendido como cuando el referente es singular, por lo que se desaconseja en el habla culta: http://www.forodelguardiacivil.com/i...UrXhxJ8mFAADs=«Casi nunca les vi con chicas» (Vistazo [Ec.] 3.4.97). El leísmo no se admite de ningún modo en la norma culta cuando el referente es inanimado: http://www.forodelguardiacivil.com/i...UrXhxJ8mFAADs=El libro que me prestaste le leí de un tirón; http://www.forodelguardiacivil.com/i...UrXhxJ8mFAADs=Los informes me les mandas cuando puedas. Y tampoco se admite, en general, cuando el referente es una mujer: http://www.forodelguardiacivil.com/i...UrXhxJ8mFAADs=Le consideran estúpida, aunque existen algunos casos en que el leísmo femenino de persona no se considera incorrecto (→ 4f y g).
http://lema.rae.es/dpd/?key=leismo
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Leísmo.
3. El leísmo, al igual que otros fenómenos paralelos relacionados con el uso antietimológico de los pronombres átonos de tercera persona (→ laísmo y loísmo), surge en Castilla durante la Edad Media. Todos estos fenómenos parecen deberse al nacimiento, en época temprana de la evolución del castellano, de una tendencia que, a diferencia de lo que ocurría en latín, en lugar de distinguir funciones gramaticales a través de las distintas formas pronominales —le(s) para el complemento indirecto y lo(s), la(s) para el complemento directo—, tiende a diferenciar entre masculino y femenino, por un lado, y entre persona y cosa por otro; también influye en muchos casos la condición de contable o no contable del referente. Muy a grandes rasgos, la distribución, en este nuevo sistema, sería la siguiente: le(s) para el masculino de persona; lo(s) para el masculino de cosa, y la(s) para el femenino de persona y de cosa. El leísmo se documenta desde los primeros textos medievales castellanos. No obstante, en el siglo xiii, época de la reconquista de casi toda Andalucía, este fenómeno no se hallaba lo suficientemente extendido como para instalarse en la norma andaluza y, por consiguiente, tampoco caló en el español atlántico (Canarias e Hispanoamérica). Así pues, y en líneas muy generales, suelen distinguirse dos zonas: una marcadamente leísta, que abarca el área central y noroccidental de Castilla —junto con focos aislados en ciertos países hispanoamericanos— y otra no leísta, que abarca la mayor parte del mundo hispánico.
http://lema.rae.es/dpd/?key=leismo
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Leísmo.
4. El panorama, sin embargo, dista mucho de ser sencillo. Por una parte, el leísmo no es un fenómeno que se dé uniformemente en las zonas consideradas leístas; por otra, en las zonas no leístas se documentan casos de leísmo, algunos solo aparentes, explicables por distintas razones:
a) Los verbos llamados de «afección psíquica» —los que designan procesos que afectan al ánimo o producen acciones o reacciones emotivas, como afectar, asustar, asombrar, convencer, divertir, impresionar, molestar, ofender, perjudicar, preocupar, etc.—, dependiendo de distintos factores, admiten el uso de los pronombres de acusativo —lo(s), la(s)— y de los pronombres de dativo —le(s)—. La elección de unos u otros depende básicamente de si el sujeto es o no agente activo de la acción y del grado de voluntariedad que tiene o se le atribuye con respecto a la acción designada por el verbo: si el sujeto es animado y se concibe como agente de la acción, el complemento verbal suele considerarse directo y se usan los pronombres de acusativo (A mi madre la asombro cuando como mucho); si el sujeto es inanimado o es una oración y, por tanto, no puede ser concebido como agente directo de la acción, el complemento se considera indirecto y se usan los pronombres de dativo (A mi madre le asombra mi apetito). Por otro lado, con sujetos animados puede darse también esta alternancia, dependiendo de si la acción denotada por el verbo es realizada voluntariamente o no por el sujeto: Su padre, que se había disfrazado, lo asustó (le dio un susto a propósito) / Su padre, que se había disfrazado, le asustó (el susto es involuntario; lo causa el hecho de ir disfrazado). Con sujetos no animados influyen también otros factores; por ejemplo, cuando el sujeto va antepuesto, es más frecuente el uso del pronombre de complemento directo (Mi actitud lo decepcionó), mientras que, cuando el sujeto va pospuesto, es más frecuente el uso del pronombre de complemento indirecto (Nunca le decepciona mi actitud). La distribución antes señalada se documenta en zonas no leístas tanto españolas como americanas: «Su hermano lo escandalizó» (Alviz Son [Esp. 1982]); «A mi madre le escandalizaba que dijera aquellas blasfemias» (Asenjo Días [Esp. 1982]); «Agarra a una mujer que baila, la asusta y luego se revuelca con el pintor encima de la barra del bar» (Paranaguá Ripstein [Méx. 1997]); «De pronto le asustó morir» (Pitol Juegos [Méx. 1982]). En el Perú y en los países del Cono Sur se usan de modo casi exclusivo con estos verbos las formas propias del complemento directo: «La entrevista lo disgustaba» (VLlosa Ciudad [Perú 1962]); «Ese pensamiento lo preocupa» (Guido Incendio [Arg. 1964]); «A Max siempre lo asombraban estas pequeñas cosmogonías» (Contreras Nadador [Chile 1995]).
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