Editorial de El Pais de 03 de agosto de 2.015
Envejecer sin jóvenes
Abrirse a la inmigración es una de las vías que le quedan a Europa
http://elpais.com/elpais/2015/08/02/...59_699465.html
Merece la pena que los políticos incluyan en su agenda las estimaciones que atribuyen a Europa la cualidad de continente más envejecido del mundo en 2050, mientras África será el más joven. En poco más de tres decenios, el porcentaje de mayores de 60 años habrá crecido en Europa un tercio por encima de los que viven ahora, según Naciones Unidas. Los éxitos conseguidos con la elevación de la esperanza de vida no son obstáculo para darse cuenta del impacto que implican sobre la financiación de la salud, las pensiones y la dependencia.
Satisfacer las necesidades y expectativas de un contingente de jubilados en franco crecimiento será casi una quimera si no se acompaña de un aumento de la población en edad de trabajar. En España hay 9 millones de pensionistas por 17 millones de personas en activo, como recordó Mariano Rajoy el viernes pasado, al final de su conferencia de prensa en La Moncloa, una relación que le llevó a subrayar el problema que planea sobre el sostenimiento de la Seguridad Social.
Inútil pensar en la natalidad como solución. Para cambiar el curso de los acontecimientos haría falta que cada mujer alumbrara una prole numerosa (la media en España es de 1,3 hijos, por debajo de la ya modesta cifra europea de 1,6). Culturalmente ese objetivo es muy difícil en una Unión Europea, donde Francia, Reino Unido e Irlanda son las excepciones significativas a la baja natalidad.
Aunque las consecuencias de la crisis económica nublan otras consideraciones, la Comisión Europea relaciona el envejecimiento demográfico con las dificultades para recuperar los niveles previos a la crisis. Persisten grandes contingentes de trabajadores en paro que deberían ser recuperados con políticas activas de empleo. Pero no son pocos los estudios internacionales que alertan de la insuficiencia de las soluciones para el Viejo Continente si se descarta la inmigración.
Los Gobiernos deberían plantearse una política de atracción de inmigrantes por vías legales y controladas, y acompañarla de las medidas de integración que sean necesarias. Cuando los expertos de Naciones Unidas y de la Comisión Europea insisten en la correlación entre inmigración y prosperidad, hay que escucharles con más atención que a esos políticos soberanistas o de extrema derecha que proponen medidas autoritarias, argumentando que inmigración equivale a delincuencia o a sustitución de trabajadores locales por extranjeros.
A golpe de refuerzos policiales y de alzamiento general de muros no se alcanzará una solución. Los dramas que se viven en el Mediterráneo —y recientemente en el eurotúnel— son válvulas de escape buscadas por los que ven cortados otros caminos para migrar o pedir asilo. El cierre del paso a la inmigración no solo ahonda la crisis de imagen de Europa ante el resto del mundo, sino que implica, en el fondo, un futuro incierto para los habitantes del Viejo Continente.
La alternativa a invertir en integración es calcular lo que puede costarnos una Europa que se aproxima al invierno demográfico, sin conciencia de lo que esto significa.
©jlopez1957
Lo que le quita el sueño a Rajoy
Lo que le quita el sueño a Rajoy
CASIMIRO GARCÍA- ABADILLO
http://www.elmundo.es/espana/2015/08...a218b4586.html
encuesta del CIS hecha pública hoy y realizada en la primera quincena de julio, muestra algunos datos muy importantes de cara a las elecciones generales que, con casi total seguridad, se celebrarán el próximo 13 de diciembre.
El primero de ellos es que el PP logra incrementar su ventaja sobre el PSOE a 3,3 puntos, alcanzando un porcentaje del 28,2%. El PSOE no baja, sino que sube 6 décimas, hasta lograr el 24,9% del voto estimado.
Hay que recordar que la distancia a principios de mayo entre el PP y el PSOE era de sólo1,3 puntos.
Otro dato a tener en cuenta es que la suma de los dos grandes partidos supone ya el 53% de los votos (frente al 49% de mayo), lo que implica una recuperación sensible del bipartidismo.
Por otro lado, los partidos emergentes han perdido fuelle en los últimos meses. Podemos cae del 16,1% al 15,7%, mientras que Ciudadanos baja del 13,8% al 11,1%. En mayo sumaban casi un 30% (29,9%) y ahora agrupan un 26,8%.
¿Por qué se ha producido este cambio, no radical, pero sí importante del mapa político en tan solo dos meses?
Para analizarlo hay que tener en cuenta el contexto del último sondeo del CIS, realizado justo cuando Grecia tuvo que implantar el "corralito" y había un riesgo cierto -que todavía persiste- de salida del euro. El miedo al drama griego ha tenido un efecto instantáneo en el voto dormido del PP, que percibe que una victoria del populismo o del PSOE pactando con el populismo, podría llevar a España a una situación similar a la de Grecia. Varoufakis, con su mensaje radical, se ha convertido así en un activador de votos del PP en España.
Al mismo tiempo, la encuesta se produjo justo cuando se cerraron las negociaciones para la constitución de ayuntamientos y comunidades autónomas. Los votantes del PP han comprobado que a su partido no le basta con ganar (caso del Ayuntamiento de Madrid), porque el PSOE está dispuesto a pactar con Podemos para echar a los populares del poder. Esa visualización también ha tenido su efecto en el elector abstencionista del PP, que ahora sabe que si quiere que no gobierne el PSOE o una coalición de izquierdas, tiene necesariamente que acudir a las urnas.
Seguramente han influido también las buenas cifras económicas de crecimiento y, sobre todo, de creación de empleo, que ahora en verano tienen su mejor momento.
¿Qué va a pasar a partir de ahora? La tendencia se va a mantener. Es decir, es muy probable que de aquí a las elecciones generales, la suma del PP y el PSOE alcance el 60%, mientras que Podemos y Ciudadanos se queden en el entorno de un 25%.
A partir de ahora, el reto del soberanismo catalán va a dominar el debate político no sólo en Cataluña, sino en toda España. Será un test para los cuatro grandes partidos, en el que Ciudadanos se juega mucho. PP y PSC tendrán un mal resultado y la colación de Podemos (Catalunya Sí es pot) puede dar la gran sorpresa.
Aunque parezca paradójico, una victoria del soberanismo impulsaría en el resto de España el apoyo a los dos grandes partidos, como anclas de la unidad nacional. Por tanto, insisto, yo preveo un aumento del bloque bipartidista de aquí a diciembre y una ligera caída de los partidos emergentes.
Aún así, el PP lo tendrá difícil para poder gobernar. La encuesta del CIS muestra un practico empate entre PP+Ciudadanos y PSOE+Podemos. Esa igualdad podría mantenerse en los próximos meses. Si se llega en empate técnico a diciembre, lo más probable es que el PSOE pueda gobernar en una gran coalición. Eso es lo que le quita el sueño a Rajoy.
©jlopez1957
Ajustar el trabajo a la vida
Ajustar el trabajo a la vida
El Gobierno tiene que impulsar una reforma de los horarios laborales para aumentar la productividad y favorecer la conciliación
http://elpais.com/elpais/2015/08/04/...91_809471.html
Una de las reformas fundamentales para aumentar la productividad de la economía española es la modificación radical de los horarios de trabajo. Esa reforma tendría dos efectos beneficiosos principales para el bienestar social. El primero sería el ya mencionado de aumentar la productividad del trabajo, porque, como han demostrado los estudios sociológicos y económicos realizados, la concentración horaria (una jornada intensiva, digamos, de 9.00 a 15.00 o a 17.00 horas) aumenta la implicación de los trabajadores, que enfocan con mayor acierto las tareas y toman decisiones más rápidas y certeras.
La segunda gran ventaja es que un horario intensivo, próximo a los modelos laborales europeos, permitiría conciliar la vida familiar y la laboral en mejores condiciones que las actuales. Aumentaría la implicación de los cónyuges en la educación de sus hijos y así mejoraría de forma indirecta la calidad de la formación de los jóvenes. Para las empresas, significaría además una reducción significativa de los gastos.
Esta reforma no requiere complicados diseños sociales. Basta con aproximarse a modelos laborales como el sueco y favorecer, desde el Gobierno, la aplicación de jornadas únicas e intensivas. Para empezar, sería necesario volver al horario de Greenwich. La reforma de los horarios es difícil porque implica necesariamente un cambio radical de costumbres. Pero es el momento de que el Gobierno demuestre que quiere iniciarla y apoyarla.
©jlopez1957
Jesús Duva Las calles de la alcaldesa
Las calles de la alcaldesa
Jesús Duva
Muchos de sus votantes consideran que Carmena ya debería haber pisado el acelerador
http://elpais.com/elpais/2015/08/10/...49_646340.html
Unos meses antes de morir en 1991, Agustín Rodríguez Sahagún se lo comentó una noche a un grupo de amigos: “Lo mejor que me ha ocurrido en mi vida política ha sido ser alcalde de Madrid”. Antes, al lado del presidente Adolfo Suárez, había sido diputado por Unión de Centro Democrático, ministro de Industria y ministro de Defensa (bajo su mandato se produjo el golpe de Estado del 23-F). Ante semejante currículo, no es extraño que uno de los contertulios mirase con incredulidad a aquel ya enflaquecido Rodríguez Sahagún. “Sin ninguna duda es el cargo en el que más he disfrutado. El Ayuntamiento de Madrid es un superministerio que maneja un enorme presupuesto con el que puedes hacer muchas cosas. Además, te permite estar en primer plano de la vida política porque al alcalde le invitan a todo”, explicó. Convenció a todos.
La enorme visibilidad y popularidad inherente al puesto de regidor de la capital de España quedó patente unos años antes, durante el mandato del profesor Enrique Tierno Galván. En la memoria colectiva está grabada a fuego la multitudinaria manifestación de duelo popular que colapsó la ciudad para acompañar su cortejo fúnebre en 1986.
Ahora, el primer sillón municipal lo ocupa la juez Manuela Carmena, que irrumpió como un torrente en las elecciones del pasado mayo. Sobre esta sucesora de Rodríguez Sahagún y de Tierno Galván hay muchas miradas y en ella están depositadas las esperanzas de cientos de miles de vecinos.
Carmena no lleva ni dos meses al frente del Consistorio y, por tanto, es aún muy pronto para juzgarla. No obstante, hay muchos de sus votantes que consideran que ya debería haber pisado el acelerador y haber hecho alguna cosa más de las que ha hecho, aparte de apagar los fuegos que le han surgido entre su propio equipo. Otra alcaldesa emergente, la barcelonesa Ada Colau, está resultando más resolutiva y más rápida a la hora de tomar decisiones.
La alcaldesa madrileña ya ha hecho gestos destacables por los desahuciados de sus viviendas y por las mujeres que sufren explotación sexual. Ahora se ha ido unos días de vacaciones. A su vuelta deberá acometer, entre otras cuestiones, la suciedad de las calles y el asfaltado de las mismas. Asuntos bien pedestres, es verdad, pero bien importantes para millones de personas.
©jlopez1957
¿Dónde está el Gobierno ¿Y las mujeres notables?
¿Dónde está el Gobierno ¿Y las mujeres notables?
Raúl Conde
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/...s-mujeres.html
El hallazgo de los cadáveres de las dos jóvenes asesinadas en Cuenca, quemadas y enterradas en cal viva, mientras el principal sospechoso permanece huido; y la muerte de una mujer en Castelldefels (Barcelona) a manos de su ex pareja en plena calle, han vuelto a situar la violencia machista en el primer plano.
Triste apariencia porque, seguramente, transcurridas pocas horas, el asunto volverá a ser apartado del foco.
Pasado mañana muchos hombres seguirán negando la relación entre el machismo ancestral que subyace en España y la violencia criminal en la que degenera. Y muchas mujeres continuarán viéndose incapaces de denunciar a sus agresores "porque yo no quiero que mi marido vaya a la cárcel", cuando en realidad es por miedo.
Dos de cada diez víctimas retiran la denuncia, según el Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial. El miedo. Siempre el miedo. Ya sea a su marido, a perder a los hijos, a verse en la calle sin un duro o a la reacción de su entorno social.
La responsabilidad penal de un asesinato atañe solo a quien lo comete. Obviamente. Pero la violencia machista responde a unos esquemas sistémicos que exceden la fatalidad o la truculencia de un crimen como el de Cuenca. Soslayar este aspecto es no entender nada de lo que está pasando o frivolizar una realidad cruel: esta mañana, sin despeinarse, un tertuliano de TVE ha dicho que la avalancha de crímenes de género en agosto "no tiene nada que ver con la falta de leyes", y otro a su lado le ha respondido que se debe "al calor".
Deben de ser estos los efectos del posmachismo del que hace tanto tiempo nos lleva previniendo Miguel Lorente, ex delegado del Gobierno para la Violencia de Género. El posmachismo. Una de las últimas trampas que la cultura patriarcal ha puesto en práctica. Una corriente que acata la desigualdad incorporándola como un marco normal o aceptable.
Los elementos que definen al posmachista, según Lorente, son la "neutralidad, el cientificismo, el interés común, el argumento del beneficio económico para quien defiende la igualdad, la idea de imposición y adoctrinamiento como parte de una ideología excluyente, y el ataque personal y descrédito de quienes se posicionan en contra del posmachismo".
Quizá por esta razón, en esta España incívica nos hemos acostumbrado al espanto que supone asumir que hay tantos hombres en cuya sesera habita la idea de dominar a la mujer hasta el punto de arrebatarle su vida. Por eso y, posiblemente, porque no se ponen los paliativos adecuados.
El drama de la violencia de género es tan grave, tan profundo y con tantas ramificaciones sociales, pedagógicas, legislativas, policiales y judiciales que causa sonrojo que el Gobierno siga sin abordarlo como un asunto de Estado.
Tres mujeres han sido asesinadas en las últimas 24 horas. En julio, se registró un crimen de género cada dos días. Desde 2003, el número de mujeres fallecidas a manos de sus parejas o ex parejas alcanzó las 790. Sólo en 2014 fueron 51. Se dice pronto. Imaginen la reacción política y social si tal desgarro hubiera sido provocado por el terrorismo de ETA o cualquier organización fundamentalista.
Pero, tal vez, lo peor es lo que se avecina. Las estadísticas indican que el machismo arraiga entre los jóvenes y el miedo continúa siendo el principal inhibidor de las víctimas. El último macrosondeo del CIS, hecho público en marzo, reveló que cerca de 2,5 millones de mujeres han sufrido algún tipo de violencia sexual o física, mientras tres de cada cuatro víctimas no denuncia a su agresor.
La amenaza se agrava -en la medida que adelanta la perpetuación de patrones de conducta que creíamos extinguidos- porque, según el Ministerio de Sanidad, una de cada tres españolas de entre 15 y 19 años ve aceptables las conductas atávicas de presión a las mujeres jóvenes que generan la denominada violencia psicológica de control, previa al maltrato físico.
Esta catarata de datos no impide a algunos sesudos opinadores seguir porfiando en la cantinela de las denuncias falsas, pese a que éstas suponen el 0,005% del total desde 2009, según la Fiscalía General del Estado.
En un editorial reciente de EL MUNDO, recordamos que erradicar la violencia machista exige reforzar los juzgados especializados. El machismo se acaba con más educación, pero los crímenes de género no tienen más respuesta que la dotación de medios y la especialización de todos los ámbitos implicados, especialmente, el judicial.
Zapatero, que fue quien tuvo el acierto de impulsar la Ley de Igualdad y la primera norma de Violencia de Género, cometió el error injustificable de eliminar el Ministerio de Igualdad e incluir en su programa de ajustes una causa de la que había hecho bandera. Trasladar de la esfera privada a la pública la consideración ciudadana de la gravedad que significa golpear y matar a tu pareja es parte de la tarea desarrollada desde que en 2004 se aprobó la Ley integral de violencia de género.
Desde 2011, los recursos destinados a luchar contra esta lacra se han recortado un 17%. La ley permanece desactualizada y la igualdad ha desaparecido de la agenda pública.
Que Rajoy fijara este desafío en un segundo rango gubernamental -en concreto, la secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad- es en sí mismo revelador de la poca consideración política que le concede. La labor de este departamento resulta voluntariosa, pero insuficiente porque la violencia de género hace más de cuatro años que dejó de ser una prioridad política.
Despojar a un asunto relevante de la proyección pública que precisa equivale a desplazarlo de la lista de prioridades, lo que tiene efectos directos no sólo en la acción del Gobierno sino de los medios de comunicación.
Esto explica, por ejemplo, que ningún ministro reaccione públicamente cuando ocurre una tragedia como la reciente en Moraña (Pontevedra) o que ningún representante de primer nivel del Ejecutivo se desplazara hasta ese municipio cuando el presunto parricida de sus dos hijos menores fue detenido.
Esto explica también que el presidente Rajoy haya sido incapaz de tener unas palabras dedicadas a las mujeres muertas por violencia sexista en ninguno de los grandes discursos que ha pronunciado en la legislatura. Oigan: en ninguno. Ayer mismo, tras conocerse el desenlace de las chicas de Cuenca, Rajoy escribió en su Twitter: "Horrible tragedia en Cuenca". Tragedia, dijo el presidente. Como si este crimen fuera un terremoto o una riada. Como si fuera un accidente meteorológico. Como si no hubiera causas estructurales. Como si el lenguaje fuera neutro.
Y, tal vez, esto explica también que tantas mujeres notables guarden silencio mientras una pléyade de mujeres anónimas ofrecen una permanente lección de heroísmo y dignidad.
Mujeres que luchan contra la pesadilla del maltrato desde los barrios y las asociaciones. Mujeres que han decidido dar la cara, pese a la ausencia de recursos. Mujeres que añaden su esfuerzo voluntario allí donde un gobierno ha recortado en casas de acogida o viviendas tuteladas. Mujeres a veces sin formación, pero ahítas de conciencia. Mujeres que carecen de la posición de fuerza que sí ostentan ministras, políticas, periodistas, jueces, abogadas, médicas, artistas, científicas y hasta reinas.
Huelga decir que será imposible extirpar el machismo (y el posmachismo) entre los hombres, mientras no consigamos extirpar el machismo entre las mujeres. Por eso el silencio de tantas de ellas, incapaces de aprovechar el privilegio de su influencia, resulta hondo y desesperanzador. Seguimos esperando su reacción. Y la del Gobierno, también.
©jlopez1957
15/08/2015 ¿Cuándo se jodió la Fiesta?
¿Cuándo se jodió la Fiesta?
Luis Martinez
Tiempo atrás, con el toreo ocurría lo mismo que con casi todo lo relevante. Incluido el propio tiempo. "Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si intento explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé", decía con cara de asombro san Agustín. Nadie, para entendernos, sentía la necesidad, tiempo atrás, de cuestionar el sentido, significación y origen de una práctica indisolublemente unida al propio sentido, significación y origen de lo que, nos guste o no, somos. Pero eso se acabó. Illumbe se reabre y lo hace un par de días antes de la fecha más taurina de la que es capaz el calendario. El 15 de agosto -¿quién se acuerda?- sólo trabajaban los toreros. Y, en efecto, entre la indignación de unos y la euforia del contrario, surge la pregunta. ¿En qué momento se jodió todo?, que diría Zavalita.
"Entre el ruido de la pelea cainita, nadie parece caer en la cuenta de la decadencia de un espectáculo degradado"
Los más sensibles hablan de, precisamente, una nueva sensibilidad en la que no cabe ni la carne cruda ni la sangre poco coagulada. No es tanto vegetarianismo como, en términos foucaultianos, una nueva manera (más limpia, no menos culpable) de administrar el espectáculo público del dolor. Para qué insistir. En el polo opuesto, los defensores, los aficionados, se debaten entre un confuso braceo de argumentos turbios en el que se mezcla la raíz, la tradición, la Cultura, Hemingway y dos huevos duros. Eso, además de un sentimiento telúrico que une el verso de la vida con la rima de la muerte. Todo retórica. Y no necesariamente brillante.
Y, sin embargo, entre el ruido de la pelea cainita tan nuestra, nadie parece ni quiere caer en la cuenta de la decadencia de un espectáculo degradado, sin nervio y, definitivamente, mortecino. Joaquín Vidal, siempre él, colocaba allá en el fragor del Cordobés y del desarrollismo, el momento en el que se empezaron a torcer las cosas. También los toros vivieron su burbuja. Lo que salió de aquello fue un espectáculo triunfalista, turístico, fraudulento, cursi y, lo peor, muy aburrido. Quizá, ahora sí, una copia de lo que, como país, acabamos por ser. Y eso, a juzgar por las crónicas antiguas, nunca fue así. El propio sentido de una fiesta tan cierta como inexplicable es la emoción. Sin ella, urgen las explicaciones, las subvenciones, la necesidad de un argumento.
Lo peor que le ha podido pasar a los toros es el taurino atemorizado; el taurino con complejo de culpa empeñado en la defensa a ultranza (siempre con la coartada culturalista) de lo, admitámoslo, indefendible. Y en ese enfrentamiento con la sensibilidad moderna, los defensores han terminado por renunciar al espíritu propio de una fiesta que siempre fue una pelea contra el tiempo y contra las definiciones... Y se jodió todo.
©jlopez1957
16/08/2015 La revolución de la risa
La revolución de la risa
Manuel Rivas
Salió a la superficie una realidad oculta: la mayoría no aceptaba la suspensión de las conciencias
http://elpais.com/elpais/2015/08/14/...93_356634.html
Lo mejor en los pueblos es su cosecha de humor y, ya puestos, de amor. Entrelazados, humor y amor, hacen posible una segunda vida, una historia de la risa frente a la historia amordazada por los que tienen el afán de dominar.
Cierto que hay muchas clases de humor, incluso el malhumor que se presenta como humor, como la risa estúpida del que se mofa del débil al que está pisando el cuello. Para mí, esa risa estremecedora, que cuenta hoy con mucha peña en lo que llaman “redes sociales”, debería figurar en el género del terror.
Por el contrario, lo más admirable es el humor que surge desde la adversidad, una chispa que toca la penumbra, y que hace volar el pensamiento, como ese niño de una viñeta de Castelao a quien la madre dice enfadada: “¿Por qué no quieres ir nunca más a la escuela?”. Y él responde: “Porque siempre me preguntan lo que no sé”.
El shock de la crisis se volvía estupor ante el descarado vuelo de las rapiñas
En esta clave de humor sutil, que germina en lo frágil como una arquitectura de la inteligencia, hay un relato judío, de la tradición yidis, que trata del Gobierno y la relación con la gente común. En este caso, el poder es un poder fuerte, el poder del zar. Cuenta que el emperador ruso se levantó un día malhumorado y ordenó imponer un nuevo impuesto a los judíos. Envió a un consejero a algunos de los poblados o shtetls habitados por hebreos para observar la reacción. El informador volvió con datos muy preocupantes: la gente estaba muy indignada, lo consideraba un abuso. El zar decidió entonces duplicar el impuesto. El consejero volvió a los poblados y regresó con un informe sorprendente. La gente hacía chistes todo el tiempo y se reían del zar insaciable y de los abusos de los mandamases.
El zar, después de pensarlo, reaccionó preocupado: “Si están haciendo chistes, dejemos las cosas como están. No se les va a poder sacar ni un rublo más”.
Estos días, con los datos que vamos conociendo de la llamada Operación Púnica y la ristra interminable de grandes chorizadas, me volvió a la cabeza esta historia que había conocido por un texto de Leonardo Moledo titulado El rey Lear y el humor judío. Creo que en España hemos llegado a la preocupante fase histórica de contar chistes y reírse sin parar.
Con los casos de Gürtel, Malaya, Palma Arena, Nóos, ERE, Palau, preferentes, tarjetas black, Rato, etcétera, etcétera, nos habíamos situado en la etapa del escándalo y la indignación. El shock de la crisis se volvía estupor ante el descarado vuelo de las rapiñas, en un paisaje social de recortes y empobrecimiento. Asistimos al esperpento del auto de fe al juez Garzón, para regocijo de corruptos y carcamales. Te quedabas perplejo al ver que algunos cargos políticos imputados en expolios del patrimonio público eran jaleados a la puerta del juzgado. Pero era un espejismo: la mayoría de la gente estaba realmente harta. Al límite. Los discursos se llenaron de promesas de regeneración y transparencia. Pero solo hubo reacción verdadera cuando la gente hizo explotar las encuestas y los estudios de opinión.
Salió a la superficie una realidad oculta: la mayoría social no era indiferente, no aceptaba la suspensión de las conciencias. La mayoría podía valorar positivamente la Transición, pero no que se utilizase como tapadera del conformismo.
Sí, los corruptos también nos habían robado el humor
Lo que está ocurriendo con la Operación Púnica puede marcar una nueva etapa de la lucha contra la corrupción en España en dos sentidos. Por una parte, ya no es verosímil el discurso oficialista de los “casos aislados”, las “ovejas negras” o las “manzanas podridas”. Desde la propia justicia, el juez instructor y la Fiscalía Anticorrupción, se habla explícitamente de “trama organizada” y de “organización criminal” por delitos de blanqueo, contra la Hacienda pública, falsedad documental y tráfico de influencias.
Por otro lado, se está produciendo la recuperación por parte de la gente de un bien público fundamental que no figura en los cargos contra los corruptos y que es la apropiación del humor.
Sí, los corruptos también nos habían robado el humor.
Hay esa conversación de dos de los implicados en la Púnica, un político y un empresario, que debería figurar a partir de ahora en los manuales de historia contemporánea. Es una especie de sketch que tiene la condición de paradigma.
–¿Qué tal?
–Bien, bueno…, bien.
–Tocándote los huevos y ya está.
–Tocándome los cojones, que para eso me hice diputado.
(…)
–Esto es una putada. Acostumbrado a no trabajar, coño, es una putada.
–Como dice Bony… que repite este, a chupársela a este. ¿Que no repite porque ponen a otro?, pues, ¿a quién hay que chupársela? Pues a otro. Vamos a por él. Si es siempre lo mismo.
Ya ven. Se lo pasaban bomba. Tenemos que empezar a reírnos todos. No va a ser siempre lo mismo.
©jlopez1957