Un servidor tampoco es de hamburguesa; no creo que en toda mi vida me haya comido más de dos o tres. Como pastor prefiero la comida española de toda la vida, la de la rica dieta mediterránea... tan olvidada.
Un chuletón de añojo, unas chuletillas de cordero lechal, unos tomates de Trevélez "rajaos" con sal, pimienta y aceite de oliva virgen extra, un potaje de hinojos o de castañas, un cocido con "tos sus avíos", unos huevos fritos cortijeros de gallina "picamierdas", unas patatas de "joyo" de Trevélez a lo pobre... y no quiero seguir que acabo de comer y me está entrando "gusilla".
Marcadores