Toda persona medianamente formada y con cierta experiencia vital sabe que el hábito no hace el monge.
Lo que ocurre, es que por nuestra especial labor hacia la sociedad, debemos transmitir una imagen que complazca a la mayoría de esa sociedad. Y esta, en una parte importante no está tan formada como nos gustaría a todos.
La pega del tatuaje, es a mi modo de ver, la imagen negativa que podamos proyectar a esa parte de la población.
Porque hay que tener en cuenta, que más de un 20% de la población española pertenece a la tercera edad, capa de la sociedad, que por razones obvias, es más reacia a cambios sociológicos. Y a partir de aquí, suma y sigue, hasta alcanzar una parte de españoles (y extranjeros) demasiado importante para no ser tenida en cuenta.
En fin, esta es mi opinión.
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