Me parece que aquí no se trata de juzgar al juez Garzón; de eso ya se encargaron los tribunales y le condenaron en firme sin posibilidad de recurso.
Aquí de lo que se trata va más allá de la libertad de tener unos u otros clientes; aquí de lo que se trata es de que un español, el juez Garzón, se pone al servicio de un país extranjero y en contra de su propio país, España. Porque no me dirás en este caso concreto, que indirectamente no está poniendo sus artes y su sabiduría en contra de España.
Muy bonito, sí señor.
Y ojo, que evidentemente está en su derecho, no lo niega nadie, pero que resulta un mucho surrealista y algo que la mayoría de españoles no haríamos. Al menos un servidor no lo haría.
Y tú, ¿lo harías? Pues según se desprende de tus palabras, sí lo harías, pero bueno, cada uno es cada uno.
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