Desde mi desconocimiento total de cómo deberían haber actuado en esa situación los dos agentes, aunque ahora un poco ilustrado por las ideas de Socked, sé que haber utilizado la porra posiblemente hubiera dado lugar a una situación aún peor, pero no me diréis que el enano que parecía que tenía imán para con el coche de los agentes no era cargante en exceso y no solo se resistió a la autoridad sino que no le hizo ningún caso. Y la colega detenida era de una bravura tal que el pobre agente apenas podía controlarla. Eso sí, el enano del imán aprovechaba la situación cada vez que podía para tocarle las tetas en cuanto éstas hicieron su aparición.
Parece que los derechos están hechos solamente para los cantamañanas, y la gente de bien, como en este caso los policías, tienen que andarse con muchísimo cuidado y cogérsela con papel de fumar.
La verdad es que no es una situación muy agradable que digamos y espero que nunca se os dé algo parecido.
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