Dependiendo lo que se entienda por libertades.

La libertad de escribir en un periódico o cualquier publicación en contra incluso del Gobierno, prácticamente en todo el siglo XIX se podía hacer. Joaquín Costa se permitía imprimir libremente lo que le daba la gana, incluso contra el Rey. En tiempos de Prim la prensa escrita se permitía pedir su muerte, etc. etc...

Es cuestión de recurrir a las hemerotecas.

En ese aspecto tenemos la misma libertad de expresión. No más, porque ya entonces tenían la máxima. Muchos creen que en eso radica la libertad y confunden el ejercicio de la libertad.

Porque hay otras muchas libertades y mucho más importantes. La libertad de trabajar está cercenada para la mayor tasa de población en la Historia. Que prevalezca la libertad, con el ejercicio de la justicia, cada vez es más un paripé, con juicios eternos por corrupción, indultos a tutiplén, impunidad por doquier y el bolinaga en la calle de vinos...

Sin una verdadera aplicación de un Estado de Derecho, en realidad las Instituciones se ríen de la libertad.

Los políticos se ríen de las libertades, con su casta, el enchufe a sus allegados, sus mamandurrias, etc. Pero además se ríen de la libertad de cumplir sus promesas electorales y se ríen de sus administrados dejando a estos últimos en la categoría de siervos de la gleba.

El sistema educativo se ríe de sus educandos. Ingenieros en paro, arquitectos cobrando 600 euros al mes, cirujanos a 800 euros, las instituciones se ríen y tratan a patadas a su aristocracia intelectual. Jóvenes sin futuro, desparramándose el que puede por el mundo, que esa libertad les queda, la de emigrar.

Taifas cada vez más distantes e insolidarias. Falta de libertad de solicitar recursos sanitarios en otra taifa. Cuatro lenguas oficiales que cada vez nos separan más, y peleas por los repartos. 18 gobiernos autonómicos con sus parafernalias donde no hacían ninguna falta. El país arruinado en una deuda millonaria para tapar la crisis de una banca donde han metido mano los políticos, con total impunidad.

Ese es el presente que llaman el mejor momento histórico.