Debemos entender muy claramente que las víctimas, en un verdadero Estado de Derecho, somos todos.
El fundamento de Derecho pertenecía al individuo agraviado, el que tenía la potestad de vengarse y reparar su ofensa, hasta que la institución del Estado transfirió esos Derechos individuales en el Derecho de una colectividad. El agravio deja de ser solo individual para ser colectivo, el magistrado de Justicia puede proceder de oficio, y no basta el perdón de la víctima para parar el proceso judicial coactivo, con aplicación de penas.
Si sigue considerándose como víctima solo el conjunto más directamente agraviado, y si el Estado renuncia de hecho, aunque no de derecho, a aplicar correctamente esa justicia, volveríamos al derecho individual de la víctima a tomar la justicia por su mano.
A esto volveríamos: http://www.larazon.es/detalle_hemero...e#.Umvjm_l3YUQ
Nada menos que todo eso nos jugamos.
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