De todas formas, siempre que sale no Cataluña, sino las barrabasadas y mamonadas de los políticos catalanes, siempre sale alguien de Madrid a defenderlos.

Así que tienen suerte y, pese a sus desmanes, en ese ambiente comprensivo les va al parecer bien y crecen sus cuentas suizas, que para ellos es lo más importante, por encima aún de destruir la idea del conjunto de España y siempre que nos lanzan un insulto, es menester pedirles encima perdón.