¡Huy! ¡Ordeno y mando! Eso huele a “fascismo y totalitarismo rancio”.
Ya no hay remedio.
Hay un pasaje carismático en una de las paredes emblemáticas de los Alpes. Lo llaman “”La Araña Blanca”. Muchos alpinistas han llegado a ese paraje agotados de luchar durante horas y días en medio de un infierno. Solo les mantenía con vida la ilusión de una cima que se adivina cercana. Pero sus sueños se ven rotos y truncados en la maraña de hielo, avalanchas de nieve y caídas de piedras. “La Araña Blanca” los envuelve en su trampa y mueren de agotamiento y de frío.
A nosotros nos han preparado nuestra “araña” particular, y nos estamos muriendo de desilusión y agotamiento cuando ya se vislumbraba la cumbre.
¡Joder! ¡Hace un frío del copón!
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