Ya sabemos que es mejor tener cabeza y conciencia que apariencia, pero a que un tío de 1,90 con 100 kilos de peso intimida más que un renacuajo.
Las apariencias engañan, pero en este caso, al pronto, intimidan.
Ya sabemos que es mejor tener cabeza y conciencia que apariencia, pero a que un tío de 1,90 con 100 kilos de peso intimida más que un renacuajo.
Las apariencias engañan, pero en este caso, al pronto, intimidan.
Saludos.
Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada
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