Es curioso esto de las fiestas dedicadas a eventos religiosos. Aquí la mitad del personal se autoproclama laico, ateo, agnóstico o lo qué sea. No creen en nada de la religión, menos aun en eso de los Santos; pero no protestan nunca cuando tiene un día de fiesta a costa de la religión que tanto denostan. También es curioso como tratan de pelear contra algo que, en teoría, ni les va ni les viene. Yo, que soy un cristiano ( ojo, digo cristiano, no católico) de los que no merecen ese apelativo y aplico la religiosidad con el más profundo estilo carpetovetónico, me admiro de que traten con tanto ahínco de quitarme mi libertad religiosa y mi particular filosofía social y moral, aunque pueda estar equivocado.
Dice el refrán castellano, que cuando el diablo no tiene nada qué hacer, mata moscas con el rabo, y en esta España de partidos y distintas visiones sociales, parece que es lo que hace la izquierda recalcitrante; o por lo menos sus dirigentes, ya que también hay gente de babor que son religiosos a ultranza ( aunque hoy por hoy quede mal decirlo). Supongo que algo hay detrás de todo esto, y pienso que el espíritu religioso de la gente es la única cortapisa seria para impedir que esta gente llegue al poder con convencimiento . La supresión de un “ente” superior que no tiene “figura”, que cada cual lo adecúa a su particular entender, es un obstáculo insalvable para que otro tipo de “ente” ocupe su lugar. Claro que el que ocuparía su lugar sí que está materializado, y habla, y actúa, y dirige, y también castiga a “buenos” y “malos”, y ofrece su “paraíso” aquí y ahora; aunque luego el “jardín del edén” no sea como nos cuentan o queramos nosotros que sea.
La Navidad es otra cuestión. De forma tradicional nosotros denominamos Navidad a la totalidad del conjunto de fiestorros que abarcan el nacimiento del Niño Dios, la terminación del año que nos hemos inventado, y la celebración de los únicos reyes que debieron ser buena gente. Es decir, dos festividades religiosas y una de totum revolutum.
Para un servidor le sobraban todas. De espíritu y leches nada de nada. Esto se ha convertido en un mercado persa, además de un despilfarro gastronómico y etílico. Solamente admito con sumo gusto estas fiestas por los más pequeños de la casa y por los abuelos. Sobre todo por los primeros. No hay nada comparable en el mundo que ver la cara de felicidad de un abuelo cuando le enseña el belén o el árbol lleno de lucecicas al nieto pequeño; o los ojos llenos de sorpresa e ilusión de los chavalines cuando descubren los regalos junto a los zapatos el día de Reyes ( ya también nos ha colado al “gordo del trineo para sacar más cuartos).
En definitiva. Que aquellos que todavía sientan en el fondo de su alma la ilusión de todo esto, o crean sinceramente y de corazón celebrar el nacimiento del único que ha demostrado tener una guía social y moral sin tacha, pues adelante y a vivirlo con sentimiento y pasión. Y el resto, pues que se levanten esos días a la misma hora que un día de curre, y al tajo a producir; que ya llegará el 1º de Mayo y con él las flores de la primavera.
Yo me voy a tomar un chupito de orujo para ir preparando el gaznate.
A vuestra salud.
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