No hay excusa lo suficientemente buena para que te puedan meter a trabajar desde un miércoles al siguiente viernes y poniendo cada día un servicio distinto. Esta locura a día de hoy no sólo es legal, sino que se lleva a la práctica. La D.G. tiene que sacar unas normas bien claras que no den pie a interpretaciones traperas por parte de ciertos jefes. En este cuerpo benemérito no podemos depender de la bondad de los jefes, que es lo que pasa hoy día. Si te toca un buen jefe bien, si te toca un amargado olvidate de tu vida personal.