El problema es que las navieras pactan precios y servicios,no hay competencia. Luego acuden a prácticas,llamemoslas, poco éticas, como suspender barcos para obligar a que se llenen otros, retrasos, no ofrecer hojas de reclamaciones, abarrotar las bodegas de vehículos más alla de lo que deberia resultar seguro, etc. He estado 32 años cruzando el estrecho, y he visto muchos y grandes temporales, algunos bastantes superiores a este, y jamas ha funcionado tan mal el transporte con la peninsula. Como el propio árticulo indica, desde la perdida del sentido de servicio público.
No ovidemos que la comunicación de Ceuta y Melilla con el resto del territorio nacional no es solo un negocio, en el que decidir si consumir o no, es un enlace vital cuyo mal funcionamiento repercute directamente en decenas de miles de ciudadanos españoles y sus vidas. Desde la incomunicación hasta el desabastecimiento.
Marcadores