Recuerdo de mis años como voluntario de Cruz Roja, que era muy frecuente que avisara la gente de accidentes que no habían ocurrido, por lo que siempre optábamos por solicitar diversa información y confirmar la llamada recibida con una nuestra. Era nuestra forma de saber que realmente salíamos para prestar un servicio a alguien.
Y en esto, como en casi todo, siempre pagaban justos por pecadores, pues quien realmente llamaba por una urgencia de verdad, veía ampliado el tiempo de respuesta gracias a esos "cabroncillos" que no se sabe muy bien qué pretendían con sus falsas solicitudes de auxilio.
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