Una pobre e inocente criatura pierde la vida por una serie de circunstancias. Para mí, que no soy guardia, es lo más importante del desgraciado suceso. Todo lo demás es secundario y, además de tener soluciones, tiene explicaciones.
Desconozco en su totalidad la legislación y los protocolos a realizar en estos casos, pero me vais a permitir opinar basándome en lo que considero sentido común.
En primer lugar creo que es obligatorio considerar que una madre que huye con un bebé, es que está decidida a cualquier cosa; luego también habría que considerar sanitariamente el estado de su mente. Cuando el tarro deja de funcionar racionalmente pueden pasar cosas…irracionales… que no se pueden ni imaginar para mentes que piensan basándose en lo normal y habitual. Por lo tanto considero que nuestros legisladores deberían ser conscientes de estas circunstancias y organizar las cosas de acuerdo con las posibles alternativas, y en este caso, siempre en beneficio del niño y velando prioritariamente por su seguridad. ¿Podría haberse separado a la madre del menor? Pues posiblemente habría sido lo mejor, ya que el “centro” de todo lo bueno o malo que pudiera suceder era el pequeño. Pero ¿qué tipo de órdenes tenían los encargados de la custodia? ¿Eran conocedores del estado mental de la señora? ¿Armas? Pues un simple cordón de un zapato serviría para matar a una criatura indefensa.
Yo no culpo a los encargados de la vigilancia del suceso. En primer lugar somos seres humanos. No somos máquinas ni se nos puede programar para no cometer errores, y menos aun cuando se trata de las relaciones entre una madre y un bebé. Los sentimientos y nuestra tara genética actúan de forma instintiva. Tampoco somos especialistas en la psiquis humana. Supongo que nadie advirtió de la posible enajenación mental de la madre, y si alguien lo sabía , no puso remedio, o no lo advirtió, no puede tener ahora fuerza moral para buscar culpables en los que lo desconocían.
Bastante disgusto tendrán ya los encargados de la custodia. Esa misma condición humana que les llevó a confiar de la relación entre una madre y su hijo, ahora les estará pasando factura; pero ya lo he dicho, para mí ellos no son los culpables.
¿La madre?, pues tampoco la considero culpable en el estricto sentido que todos entendemos por ser culpable de un delito. Algo raro tiene que pasar por la cabeza de una madre para que mate a su propio hijo, y ese “algo” seguramente se puede encuadrar dentro de lo que nosotros llamamos “un trastorno mental”
Luego queda conocer una serie de circunstancias que pudieran haber sucedido durante la custodia y que pudieran ser susceptibles de calificarse como negligencias profesionales; pero eso lo desconozco y supongo que la justicia se encargará de investigar.
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