Estoy contigo. Santa Teresa se merece toda nuestra benevolencia porque que se sepa no ha hecho nada malo. Lo que sí me tiene un pelín mosqueado en que un ministro recurra a semejantes argumentos en el desempeño de sus funciones.
Yo le recordaría a nuestro ínclito ministro una frase que decía San Agustín: "Ayúdate y te ayudaré".
Marcadores