Al final se va viendo que las reivindicaciones sociales responsables y maduras, pero activas, terminan teniendo sus frutos. Para los negocietes y desmanes de la clase política el escenario propicio son las mayorias silenciosas e indolentes con el voto sistematicamente marcado. Sin duda España necesita muchos más ciudadanos reivindicativos, exigentes y críticos.

Una buena noticia.