Incluso aunque así fuese, aunque fuesen bromas, si la persona objeto de tales las recibe con desagrado debería ser razón más que suficiente para dejar de hacerlas. Si, a pesar de sus muestras de desagrado, las alusiones (en este caso a su homosexualidad) continúan, es evidente que la intención no es gastar una broma, sino hacer daño.
Por otra parte te diré que hay mucha gente que, siendo objeto de "bromas", decide aparentar que no le molestan por mantener la cordialidad. No creo que haya muchas personas a las que les guste que otros se rían acerca de sus características físicas.
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