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Pues sí. Eso es democracia. Si aquel a quien voto hace lo que me gusta ( las cosas bien), pues digo que está legitimado; pero si no hace lo que me gusta ( las cosas mal) no está legitimado. Así es en la realidad.
La legitimación no depende de que aquéllo nos guste o no, sino de que se ajuste a derecho la acción. Será tu realidad particularísima, porque la de un servidor desde luego que no.

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Luego viene el problema de “desligitimar”. Depende de quién “desligitime” estaré de acuerdo…o no.
Tampoco puedo estar de acuerdo contigo en esto, pues quien o quienes tienen el poder de deslegitimar son aquellas personas u organismos a los cuales el imperio de la Ley les ha cedido tal poder... y nadie más. Ojo, siempre hablo a nivel institucional, porque a nivel de calle... ya sabemos... cualquiera es bueno para deslegitimar.

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El “como” se realice la “desligitimación”, no importa. También la consideraré legitima o ilegitima en función de mis ideas personales y de como me “caigan” los “ilegitimadores” .También es así en realidad. Tan real como la vida misma.
Según tus palabras, podemos deslegitimar a cañonazos, que poco importa cómo se haga.
Y en el recolmo de los colmos, la ilegitimidad o no de tales actos lo serán o no en función de lo que tú pienses. El Estado de derecho está ahí por gusto, no vale para nada y lo acomodamos a nuestro antojo.
Ole ahí tus perendengues.


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Últimamente se empieza a escuchar eso de “revolución social”. Otros lo ponen apellidos y hablan de “revolución democrática y social”, sin tener conocimiento ( o no queriéndolo tener) de que el concepto “revolución” y “democracia” no casan bien.
La revolución lleva implícita la ruptura radical por medio de la violencia ( luego ya vendrá la “legitimación”), y por el contrario en democracia se pueden cambiar las cosas pacíficamente y atendiendo la voluntad de cada uno ( aparte las mentiras y comeduras de tarro habituales)...
No siempre la revolución tiene que llevar aparejada la ruptura radical del orden establecido, aunque últimamente las revoluciones radicales superen a las pacíficas.