Ya lo decia Lichtenberg "Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen, pierden el respeto." Y la primera, y una de las mayores de las vergüenzas, es la tibieza e incluso el trato de favor hacia la corrupción en este pais, con legisladores que han hecho del delito fiscal una actividad casi gratuita, aderezado todo con constantes intentos de manipulación en el poder judicial. A la sombra de ese arbol han crecido muchas malas hierbas.
Creer que la voragine de la corrupción es un mal inevitable, es darle alas a los corruptos para que sigan viviendo de nuestra sangre de manera hereditaria. No vamos a deshacernos de este cancer hasta que la gente diga, bien fuerte, BASTA.
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