Haciendo todo mal, no se puede pretender otra cosa.

Y a fecha de hoy no se ha empezado a corregir absolutamente nada de los desastres.

Es más, ni siquiera se sabe donde están esos desastres. Aquí no se sabe dónde aprieta el zapato, solo se sabe que nos duele el pie.

Pero bueno, los próximos datos económicos serán muy reconfortantes porque los bancos habrán ganado más y habrá menos paro al compás que más jóvenes se marchan de su taifa.