Más que de formas políticas de gobierno, tendríamos que hablar de conciencia social, de que los ciudadanos seamos honestos con nosotros mismos y con el país, de que nuestra clase dirigente sea honrada a carta cabal y se dedique a servir al país que es para lo que se les eligió (en vez de servirse a sí mismos), de que los tres poderes del Estado cumplan verdaderamente su función... y de que si hay algún listillo que la haga... que la pague.
Si todas esas premisas se cumplieran, la forma de gobierno sería algo muy secundario.
Pero todos sabemos que estamos en España y que aquí el que no corre vuela. Y así tenemos lo que tenemos.