Pedro J. habrá tenido sus aciertos, pero es evidente que también ha tenido sus fallos.
No es cuestión de que ahora nos rasguemos las vestiduras intentando adosarle un panegírico que no le corresponde.
Es como el médico que unas veces acierta en sus diagnósticos y otras veces no.
Pues de la misma manera le pasa a los periodistas y a todo el mundo... y por supuesto a este hombre.
Y como muy bien dice Japones, persistir en el error tantos años no dice mucho a favor de él precisamente.