Pues yo no veo tan descabellada la prohibición de usar el uniforme, y es más, cabría la posibilidad de hacerlo extensible al resto de uniformes de los distintos cuerpos de seguridad.
¿Por qué? Pues porque si quiero hacer el indio o pasarlo bien a base de un disfraz, tengo a mi alcance infinidad de posibilidades. Solo hay que tener un poco de imaginación. Por otro lado, y conociendo como se las gasta el personal y la cantidad tan grande de indeseables y aprovechados que pululan por nuestras calles y pueblos, pues de paso se evita posibles abusos y posibles delitos que pudieran pasar desapercibidos debido al “camuflaje” oficial.
Curiosamente acabo de leer un libro del señor García Pavón en el que sale su personaje Plinio. Un policía local de Tomelloso que, ficticiamente en las novelas, hace labores policiacas. Una de las tramas se titula El Carnaval; y en ese escenario se comete un crimen en el que los disfraces dan cobertura al delito.
Es decir, que si solo lo analizamos bajo la perspectiva política pues evidentemente no habría problemas salvo la mala baba, mal gusto y oportunismo de algunos; pero queda esa segunda circunstancia, que para mí debe tenerse en cuenta.
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