¡Qué razón llevas Nefertari!
Me duelen las meninges de ver a las trabajadoras del ayuntamiento de mi pueblo, tomar el café diario de más de una hora. Y algunas luego se van de compras al mercado.
Tengo unas ganicas de tropezarme a la alcaldesa, que tiemblo de pensar lo que le voy a decir... vamos, que casi mejor que no me la encuentre.
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