Lo de los verificadores internacionales suena a cachondeo, y más cuando han explicado éstos cómo fue la verificación.
Llegan, enseñan unas cuantas armas, más bien pocas, entre ellas dos pistolas, los verificadores toman nota, firman un papel donde ETA estampa su sello, y se vuelven a ir con las armas y una promesa.
Pues que alguien me explique qué es lo que pueden certificar los verificadores; que vieron unas armas y a unos tíos encapuchados, los mismos que luego volvieron a llevarse las armas.
O sea, nada.
Parece que lo que pasa es que se están acostumbrando a tomarnos por tontos.