En cualquier caso la solución correcta, inteligente y honrada consiste en regular perfectamente el tema. Ni dejar campar libremente a los inmigrantes que quieran, ni pasar a perseguirlos como si fuesen los culpables de que nuestros políticos roben.España es un país de extremos. En su historia pasa del servilismo al clero a perseguir clérigos, y me parece que ni mucho menos hemos aprendido.