Me temo que entrar en justificaciones comparativas es, como siempre, un funesto error.Aquí se trata de que el dinero público puede ser mejor o peor invertido, y cada vez que se destina a algún aspecto no básico o fundamental (seguridad, coberturas de paro, sanidad, etc...) siempre habrá contentos y descontentos. La moraleja podría ser no destinar dinero del Estado a nada que no sea vital para el Estado. Entrar a enjuiciar la calidad moral de los distintos agraciados con las partidas nunca nos pondrá de acuerdo a toda la sociedad.
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